Una multitud, estimada en 20.000 fieles católicos, participó ayer por la tarde de la procesión.
Trabajo, unión, paz y dignidad son las palabras que más resaltó el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, en la festividad de San Cayetano.
En Buenos Aires, el cardenal Bergoglio solicitó “protección ante la inseguridad”, ante la violencia desatada.Puso énfasis en algunos interrogantes: “Hay que pensar qué tipo de trabajador soy, si cuido de manera responsable mi trabajo, si como empleador pago lo justo a mis trabajadores y si soy referente de los trabajadores, si los defiendo verdaderamente”.
El santo del pan y del trabajo, un año más congregó ayer a sus fieles al pie del templete. Unos 20.000 fieles -según la Policía de Salta- asistieron con estampitas o imágenes del santo y ofrecieron oraciones de agradecimiento. Un fiesta que para muchos ya es tradición.
Una multitud recorrió algunas calles, próximas al templete, para elevar sus rezos y cánticos como agradecimiento por el trabajo que tienen y también para pedir que nunca les falte.
Luego de la procesión, los fieles ingresaron al terreno, (en la subida a San Lorenzo) en el que se construirá un anfiteatro, donde escucharon la celebración de la misa.
En el mensaje, Cargnello resaltó que el pan “no sólo es alimento sino que también representa a la familia y a la unidad. Y agregó: “La reunión de la familia con el pan, también sirve a la paz”. Finalmente, expresó que “en el año del Bicentenario, pidamos al Señor que todos accedan al trabajo, a la familia, que puedan conseguir el alimento y compartirlo, para construir y mantener la Patria y la familia argentina”.
Durante la celebración eucarística, en la que monseñor Cargnello no estuvo presente, el padre Santiago agradeció a las fuerzas de seguridad por el acompañamiento y cuidado de las personas. “Hay que agradecer y es bueno decir gracias”, afirmó.
Años de fe
Una multitud acompañó por las calles a San Cayetano. En general, se congregaron personas jóvenes y adultas quienes se acercaron a agradecer por el presente y pedir que su santo les provea siempre trabajo, pan y salud.
Jacoba, en su silla de ruedas, estuvo presente a sus 80 años, sólo para agradecer. “Vengo casi todos los años, pero siempre para agradecer por todo”, afirmó abuela, quien fue acompañada por sus hijas.
Celia y Mary, madre e hija, un año más se encontraron para agradecer por el trabajo que hoy tienen y por la salud. “Hace 10 que venimos todos los años y para nosotras esta es nuestra cita, como madre e hija, que compartimos con San Cayetano” afirmó Mary.
Ana vive a tres cuadras del templete del patrono del trabajo y el pan y participó de la fiesta patronal junto a su madre María Antonia, que esta en silla de ruedas. “Tengo 52 años y siempre vine con mi mamá”, dijo Ana.
Adriana, de 29 años, tenía la imagen de San Cayetano entre sus manos y contó que “desde chica vine con mi familia y ahora vengo para agradecer que todos en casa tenemos trabajo, estamos unidos y tenemos salud”.
Palabras más, palabras menos, los fieles coincidieron en la gratitud por lo que tienen y en el pedido por lo que les falta.

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