domingo, 27 de noviembre de 2011

En Adviento recordamos que nuestra vida se orienta al rostro de Dios, afirma el Papa


En su meditación previa al rezo del Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI recordó que hoy –con el inicio del Adviento- comienza un nuevo Año Litúrgico para laIglesia y pidió a los fieles esperar el nacimiento de Cristo con la certeza de que toda la vida se orienta al encuentro con Dios.
“Hoy iniciamos con toda la Iglesia el nuevo Año Litúrgico: un nuevo camino de fe, que hay que vivir juntos en las comunidades cristianas, pero también –como siempre- para recorrerlo al interno de la historia del mundo, para abrirla al misterio de Dios, a la salvación que viene de su amor. El Año litúrgico inicia con el Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el cual se despierta en los corazones la espera del regreso de Cristo y la memoria de su primera venida, cuando se despojó de su gloria divina para asumir nuestra carne mortal”, afirmó el Papa según informa Radio Vaticana.
Asimismo, reflexionó sobre el Evangelio de hoy. “‘Estén atentos’. Este es el llamado de Jesús en el Evangelio de hoy. Lo dirige no sólo a sus discípulos, sino a todos: ‘Estén prevenidos’ (Mc 13,37). Es un llamado saludable a recordarnos que la vida no tiene sólo una dimensión terrena, sino que está proyectada a un ‘más allá’, como una plantita que germina de la tierra y se abre hacia el cielo. Una plantita pensante, el hombre, dotado de libertad y responsabilidad, por la que cada uno será llamado a dar cuenta de cómo ha vivido, de cómo ha utilizado sus propias capacidades: si se las ha guardado para sí o si las ha hecho fructificar también para el bien de los hermanos”.
“También Isaías, el profeta del Adviento, nos hace reflexionar hoy con una oración afligida, dirigida a Dios en nombre de su pueblo. El reconoce las faltas de su gente, y a un cierto momento dice: ‘No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrase a ti, porque tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas’ (Is 64,6)”.
“¿Cómo no quedar conmovido por esta descripción? Parece reflejar ciertos panoramas del mundo post-moderno: las ciudades en donde la vida se vuelve anónima y horizontal, en donde Dios parece ausente y el hombre el único patrón, como si fuera él el artífice y el director de todo: las construcciones, el trabajo, la economía, los transportes, las ciencias, la técnica, todo parece depender sólo del hombre. Y a veces, de este modo, que parece casi perfecto, suceden cosas sorprendentes, o en la naturaleza, o en la sociedad, por las cuales nosotros pensamos que Dios se haya como retirado, nos haya –por así decirlo- abandonado a nosotros mismos”, afirmó.
El Papa recordó que “el verdadero ‘patrón’ del mundo no es el hombre, sino Dios. El Evangelio dice: ‘Estén atentos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de la casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue al improviso y los encuentre dormidos’ (Mc 13, 35-36). El tiempo de Adviento viene cada año para recordarnos esto, porque nuestra vida encuentre nuevamente su justa orientación, hacia el rostro de Dios”.
“El rostro no de un ‘patrón’, sino de un Padre y de un Amigo. Con la Virgen María, que nos guía en el camino del Adviento, hagamos nuestras las palabras del profeta: ‘Porque tú, Señor, eres nuestro Padre, nosotros somos tu arcilla y tú nuestro alfarero, ¡todos somos la obra de tus manos! (Is 64,7)’”.

El Papa pide a la sociedad responder con eficacia al flagelo del abuso sexual


Al recibir al primer grupo de obispos de Estados Unidos que inician su visita ad limina al Vaticano, el Papa Benedicto XVIdeploró una vez más el abuso sexual y recordó que “al igual que la iglesiajustamente ha implementado exigentes normas en este sentido, todas las demás instituciones, sin excepción, deben hacerlo al mismo nivel”.
Al inicio de su discurso, el Papa recordó que su viaje pastoral a Estados Unidos en 2008, tenía como fin animar a los católicos ante el escándalo y desorientación causada por la crisis de abuso sexual de las últimas décadas.
“Quería reconocer personalmente el sufrimiento infligido a las víctimas y los honestos esfuerzos para garantizar la seguridad de nuestros niños y tratar de manera adecuada y trasparente las denuncias que pudieran surgir”, indicó.
“Espero que los esfuerzos de conciencia de la iglesia para hacer frente a esta realidad ayuden a la comunidad en general a reconocer las causas, la verdadera magnitud y las consecuencias devastadoras del abuso sexual y responder con eficacia a este flagelo que afecta a todos los niveles de la sociedad. Por la misma razón, al igual que la iglesia justamente ha implementado exigentes normas en este sentido, todas las demás instituciones, sin excepción, deben hacerlo al mismo nivel”.
Según informa Radio Vaticana, el Santo Padre subrayó que un segundo propósito de esta visita Pastoral fue el de convocar a la iglesia en el país a examinar, bajo la óptica social y religiosa, los cambios radicales, la urgencia y la necesidad de una nueva evangelización.
El Papa compartió la preocupación de los pastores por los grandes desafíos que presenta una sociedad cada vez más secularizada para ofrecer un testimonio cristiano coherente. Sin embargo, subrayó que no deja de ser significativa la creciente preocupación de tantos hombres y mujeres, independientemente de sus posturas religiosas o políticas por el futuro de nuestras sociedades democráticas.
"Ellos ven con preocupación una crisis de los fundamentos intelectuales, culturales y morales de la vida social, y un creciente sentimiento de desarraigo e inseguridad, especialmente entre los jóvenes, frente a los grandes cambios sociales. Pese a los intentos por acallar la voz de la Iglesia en la vida pública, muchas personas de buena voluntad siguen buscando su sabiduría, inteligencia y una buena orientación en medio de esta profunda crisis. El momento actual puede ser visto en términos positivos, como un llamado a ejercer la dimensión profética de su ministerio episcopal al hablar, con humildad, pero con insistencia, en defensa de la verdad moral, y ofrecer una palabra de esperanza, capaz de abrir los corazones y las mentes a la verdad que nos hace libres."
Benedicto XVI advirtió que no se pueden subestimar los grandes desafíos que se presentan a la iglesia de Estados Unidos, como los obstáculos a la fe y práctica cristiana que plantea una cultura secularizada y que afecta a los creyentes, al punto de conducirlos a veces a una "deserción silenciosa". “Inmersos en esta cultura –lamentó el Papa-los creyentes cotidianamente son acosados por las objeciones, las preguntas inquietantes y el cinismo de una sociedad que parece haber perdido sus raíces en un mundo en el que el amor de Dios se ha enfriado en los corazones de muchos”.
Ante este panorama el Papa recordó a los obispos que la evangelización no es una tarea dirigida hacia el exterior. “Nosotros mismos somos los primeros que necesitamos una re-evangelización. Es decir, al igual que todas las crisis espirituales, ya sea de individuos o comunidades, sabemos que la respuesta definitiva sólo puede nacer de una búsqueda crítica, una autoevaluación permanente y la conversión a la luz de la verdad de Cristo. Sólo a través de la renovación interior seremos capaces de discernir y satisfacer las necesidades espirituales de nuestra época con la verdad eterna del Evangelio”.
Benedicto XVI antes de concluir su discurso se refirió a algunos temas pastorales, recalcando la importancia de la liturgia, la catequesis, la vocación específica de los laicos, así como la importancia de la revisión del Misal Romano que está realizando la conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Y tras encomendar a la comunidad católica del país a la intercesión de María Inmaculada, patrona de los Estados Unidos, el Papa les impartió su bendición apostólica como prenda de sabiduría, fortaleza y paz en el Señor.

Es necesario regresar a Dios para enfrentar crisis de valores, afirma el Papa


El Papa Benedicto XVI dirigió un discurso a los participantes de la 25° Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos, dedicada al tema "La cuestión de Dios hoy", y afirmó que la humanidad necesita regresar a Dios para poder enfrentar la crisis de valores, que precede a toda crisis social y económica.
"De hecho, la mentalidad difusa en nuestro tiempo que renuncia a cualquier referencia a la trascendencia, se ha demostrado incapaz de comprender y preservar lo humano. La difusión de esta mentalidad ha engendrado la crisis que vivimos hoy, que es crisis de significado de valores, antes que económica y social", afirmó el Pontífice.
Benedicto XVI señaló que la cuestión de Dios es "‘la cuestión de las cuestiones’. Nos lleva a los interrogantes de fondo del ser humano, a los anhelos de verdad, de felicidad y libertad grabados en su corazón y que quieren cumplirse".
En ese sentido, dijo que los laicos están llamados "a ofrecer un testimonio transparente de la relevancia de la cuestión de Dios en todos los ámbitos del pensamiento y la acción. En la familia, en el trabajo, como en la política y en la economía, el ser humano contemporáneo necesita ver y sentir cómo con Dios o sin Dios cambia todo".
"Los cristianos no viven en un planeta lejano, inmune de las ‘enfermedades del mundo’, sino que comparten la turbación, la desorientación y la dificultad de su época. Por eso también urge replantear la cuestión de Dios en el tejido eclesial".
El Papa dijo que "la primera respuesta al gran desafío de nuestro tiempo estriba, entonces, en la conversión profunda de nuestro corazón, para que el Bautismo que nos hizo luz del mundo y sal de la tierra nos transforme realmente".
Durante su discurso, también recordó la Jornada Mundial de la Juventud realizada en agosto en Madrid (España), a la que calificó de "cascada de luz, alegría y esperanza" que iluminó "también la vieja Europa y todo el mundo, replanteando la actualidad de la búsqueda de Dios. Nadie pudo permanecer indiferente, nadie pudo pensar que la cuestión de Dios fuera irrelevante para el ser humano de nuestra época".
Asimismo, se refirió al congreso para los fieles laicos de Asia, continente al que el anuncio cristiano ha llegado "solo a una pequeña minoría que, a menudo, vive la fe en un contexto difícil, y también a veces de verdadera persecución".
"El congreso ha brindado la ocasión (...) de reforzar el compromiso y el valor de la misión. Estos hermanos nuestros atestiguan admirablemente su adhesión a Cristo, dejando entrever que en Asia, gracias a su fe, se abren para la Iglesia del tercer milenio vastos horizontes de evangelización", afirmó.
El Papa dijo que esos encuentros continentales "son inapreciables para impulsar la obra de evangelización, reforzar la unidad y consolidar cada vez más los lazos entre Iglesias particulares e Iglesia universal".

Evangelio de fin de semana


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 27 Noviembre 2011

I Domingo de Adviento B .

Santo(s) del día : Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

Evangelio según San Marcos 13,33-37.
Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. 
Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela. 
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. 
No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. 
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!". 


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : San Elredo de Rievaulx (1110-1167), monje cisterciense 
Sermón para Adviento 

La venida del Señor
        Ha llegado para nosotros, queridos hermanos, el momento en que debemos "cantar la bondad y la justicia del Señor" (Sal 100,1). Se trata de la venida del Señor, la venida del Maestro de todo el que viene y que vendrá (Ap 1,8). Pero, ¿cómo y de dónde va a venir, cómo y de dónde viene? ¿No había dicho: "¿no lleno el cielo y la tierra? "(Jer 23,24) ¿Cómo viene, entonces, del cielo a la tierra, si es él quien llena el cielo y la tierra? Escucha el Evangelio: "Estaba en el mundo y el mundo fue hecho por él y el mundo no lo conoció" (Jn 1:10). Él está presente y ausente al mismo tiempo: presente, porque estaba en el mundo; ausente, porque el mundo no lo había conocido... ¿Cómo no iba a estar lejos, si no fue reconocido, ni creído, ni temido, ni amado? ...
Viene para que le conozcamos, aquel que no fue reconocido; para que le creamos, aquel en que no creímos; para que le temamos, aquel que no fue temido; para que le amemos, aquel que no fue querido.
        El que estuvo presente en su naturaleza, viene en su misericordia... Pensad en Dios y ver lo que significa para él dejar tanto poder, cómo se humilla tan gran potencia, cómo se debilita tanta fuerza, y cómo se hace irracional tanta sabiduría. ¿Era, acaso, un deber de justicia para con los hombres? ¡Por supuesto que no! ...
        En verdad, Señor, no es mi justicia, sino tu misericordia, la que te ha guiado; no es tu pobreza, sino mi necesidad. En efecto, tú has dicho: "La misericordia se construye en el cielo" (Sal 88,3). Así es, ya que la pobreza abundaba en la tierra. Y es por eso que "Yo cantaré para ti, Señor, la misericordia" que has demostrado con tu venida... Cuando se mostró humilde en su humanidad, poderoso en sus milagros, fuerte contra la tiranía de los demonios, suave en la acogida de los pecadores, todo esto proviene de su misericordia, todo esto proviene de sus entrañas bondadosas. Por eso, "Cantaré, Señor, tu misericordia" que has demostrado desde tu primera venida. Y con razón, porque "la tierra está llena de la misericordia del Señor" (Salmo 118,64).


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Recuerda su viaje a África Anunciar el Evangelio a quienes no lo conocen, exhorta el Papa


Como es habitual luego de un viaje internacional, el Papa Benedicto XVIrecordó en la audiencia general de este miércoles su visita a Benin en África y alentó a los fieles a trabajar por la reconciliación y la paz, comprometiéndose en la tarea de anunciar el Evangelio a quienes aún no lo conocen.
En el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa recordó las etapas de su viaje entre el 18 y el 20 de noviembre, comenzando por la visita a la Basílica de la Inmaculada Concepción en Ouidah, donde depositó a los pies de la Virgen los frutos de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos.
"Ahora las comunidades cristianas de África –dijo– están llamadas a renovarse en la fe para servir mejor a la reconciliación, la justicia y la paz. Deben reconciliarse en su interior para ser instrumentos de la misericordia divina, aportando cada una sus riquezas espirituales y materiales a la tarea común".
El Santo Padre afirmó luego que "naturalmente, ese espíritu de reconciliación es indispensable también en ámbito civil, y necesita una apertura a la esperanza que debe animar la vida sociopolítica y económica del continente".
En su encuentro con las autoridades civiles, políticas y religiosas de Benin reiteró que "la esperanza debe animar el camino del continente, tomando acto del ardiente deseo de libertad y justicia que en estos momentos se difunde entre los numerosos pueblos africanos".
En la Eucaristía dominical en el Estadio de la Amistad en Cotonou, el Papa constató que la nutrida presencia de jóvenes y ancianos es "un testimonio inigualable de cómo la fe consigue unir a las generaciones y responder a los retos de cada estación de la vida".
En esa celebración, el Papa entregó a los presidentes de las conferencias episcopales de África la exhortación apostólica post-sinodal Africae Munus, en la cual "los fieles encontrarán las directrices que guiarán y alentarán el camino de la Iglesia en África, llamada a ser cada vez más ‘sal de la tierra’ y ‘luz del mundo’".
Refiriéndose después al encuentro con los niños y los enfermos en la iglesia de Santa Rita y en el Hogar "Paz y Alegría", de las Misioneras de la Caridad de la Beata MadreTeresa de CalcutaBenedicto XVI dijo que compartió "la alegría de vivir y el entusiasmo de las nuevas generaciones que constituyen el futuro de África".
También pudo ver de cerca "cómo el amor y la solidaridad hacen presentes en la debilidad la fuerza y el afecto de Cristo resucitado".
Benedicto XVI se refirió luego al encuentro con los sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos, a quienes presentó magistralmente un programa de vida. A los sacerdotes, el Santo Padre mostró "el camino de santidad, conscientes de que el ministerio no es una simple función social, sino llevar Dios al ser humano y el ser humano hacia Dios".
El encuentro con los Obispos, recordó, estuvo centrado en la "reflexión sobre los orígenes del anuncio evangélico en su país gracias a la obra de los misioneros", y en la exhortación a los prelados a "redescubrir constantemente la Sagrada Escritura como fuente de renovación espiritual y ocasión de profundizar en la fe".
El Papa Benedicto XVI dijo luego, a manera de resumen, que "en África he visto la frescura del sí a la vida, del sentido religioso y de la esperanza; una percepción de la realidad en su totalidad con Dios no reducida al positivismo que, al final, extingue la esperanza".
"Todo ello –aseguró– atestigua que en ese continente hay una reserva de vida y vitalidad para el futuro sobre la que podemos contar, sobre la que puede contar la Iglesia".
"Este viaje ha sido un gran llamamiento a África para que oriente todos sus esfuerzos hacia el anuncio del Evangelio a quienes todavía no lo conocen. Es un compromiso renovado para la evangelización a la que están llamados todos los bautizados, promoviendo la reconciliación, la justicia y la paz", concluyó el Papa.
En español el Papa saludó en particular a los grupos de España, Argentina, México y otros países latinoamericanos e invitó a "dar gracias al Señor por esta Visita Apostólica a Benin. Que María, Madre de la Iglesia, acompañe toda conversión, consolide cada iniciativa de reconciliación, y dé eficacia a los esfuerzos en favor de la paz. Muchas gracias".

En Roma El Papa visitará por primera vez a presos y responderá a sus preguntas


La Prefectura de la Casa Pontificia del Vaticano anunció hoy que el Papa Benedicto XVI visitará a algunos presos de la cárcel Rebibbia de Roma y además responderá a sus preguntas el próximo 18 de diciembre.
En su visita pastoral a la nueva Casa de la Administración Penitenciaria de Rebibbia de Roma, el Santo Padre se encontrará con los reclusos a las 10:00 a.m. (hora local) de Roma, en la iglesia central de la prisión, dedicada al "Padre Nuestro".
Más tarde, a las 11:30, el Papa otorgará su bendición sobre un árbol que plantarán en memoria de su visita. Posteriormente, a las 12:00, Benedicto XVI regresará al Vaticano para el rezo del Ángelus junto a los fieles desde la Plaza de San Pedro.
Sobre la visita, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, señaló que "se pretende que sea un diálogo entre el Papa y los detenidos". En la capilla, estarán "alrededor de 200 o 300 presos" aunque el centro televisivo vaticano permitirá retransmitir el encuentro "a todo el complejo a través de las televisiones", ya que "por desgracia, los detenidos son más de 300 y no caben en la capilla".
La cárcel de Rebibbia fue visitada anteriormente por otros pontífices, y en ella pasó algunos años el preso Ali Agca, el ciudadano turco que atentó contra el Beato Papa Juan Pablo II que lo visitó en el recinto penitenciario.
El vocero vaticano comentó algunas actividades del Papa Benedicto XVI antes deNavidad, entre las que destaca la ofrenda de flores a la Inmaculada en su día el 8 de diciembre en la Plaza España, una visita a una parroquia de Roma el 11 y el rezo de las vísperas con los universitarios el día 15.

domingo, 20 de noviembre de 2011

El Papa a África: Vivan la esperanza de María en lo cotidiano


Al rezar el Ángelus en el Estadio de la Amistad de Cotonou, el Papa Benedicto XVI animó a confiar en la resurrección y el amor de Dios imitando a María a los pies de laCruz, en las cosas de la vidacotidiana, porque ella es "la madre de la esperanza".
Ante miles de peregrinos llegados desde Nigeria, Burkina Faso, Ghana y Togo, Benedicto XVIcuestionó: "¿Quién mejor que ella –María– conoce nuestras necesidades de hombres y mujeres todavía peregrinos en la tierra? A los pies de la cruz, unida a su Hijo crucificado, ella es la Madre de la esperanza. Esta esperanza nos permite afrontar lo cotidiano con la fuerza que proviene de la verdad manifestada por Jesús".
Tras la entrega de la Exhortación Apostólica a los Obispos de África, el Santo Padre procedió al rezo mariano para recordar que se abre una nueva etapa para la Iglesia en el continente, y animó a confiar en Nuestra Señora de África para que acompañe el porvenir de la nueva evangelización, y especialmente el de Benín.
Además, el Santo Padre animó a respetar el valor de la vida amparado en la figura de la Sagrada Familia y en el respeto a la unidad y la promoción familiar como ente portador de progreso humano.
"Queridos hermanos y hermanas de África, tierra hospitalaria para la Sagrada Familia, seguid cultivando los valores familiares cristianos. En un momento en que muchas familias están separadas, exiliadas y afligidas por conflictos interminables, sed los artesanos de la reconciliación y la esperanza", alentó.
Porque "¿Quién mejor que ella –María- conoce el valor y la belleza de la vida humana? Que nunca cese nuestro asombro ante el don de la vida", subrayó.
Confiad en María para que "ella nos lleve a cumplir con la misión que Dios nos confía hoy a nosotros". Porque María, "es la mujer de nuestra tierra que ha tenido el privilegio de dar a luz al Salvador del mundo".
"Que con María, la Virgen del Magníficat, permanezcáis siempre alegres. Y que esta alegría llegue al corazón de vuestras familias y vuestro país".
"Confiemos a ella las intenciones que llevamos en nuestro corazón, y pidámosle por África y el mundo entero", concluyó Benedicto XVI.

Dios ama a "débiles" del mundo y pide servirlos con amor, dice el Papa en Benin


En su tercer y último día en Benín (África) en el domingo en que la Iglesiacelebra la fiesta de Cristo Rey, el Papa Benedicto XVI afirmó que Dios ama especialmente a los débiles del mundo, a los enfermos y a los que sufren, y pide a todos servir a estas personas con el mismo amor del Señor.
En el Estadio de la Amistad de Cotonou, y en una emotiva Misa, ante 200 obispos provenientes de toda África, un millar de sacerdotes de Benín, y unos 30 mil peregrinos llegados desde Nigeria, Togo, Ghana, y Burkina Faso, el Santo Padre celebró la Santa Misa con ocasión de la entrega de la Exhortación Apostólica post-sinodal Africae munus, fruto de la Segunda Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos.
"Quisiera dirigirme con afecto a todos los que sufren, a los enfermos, a los aquejados del sida u otras enfermedades, a todos los olvidados de la sociedad. ¡Tened ánimo! El Papa está cerca de vosotros con el pensamiento y la oración", alentó el Santo Padre.
"¡Tened ánimo! Jesús ha querido identificarse con el pequeño, con el enfermo; ha querido compartir vuestro sufrimiento y reconoceros a vosotros como hermanos y hermanas, para liberaros de todo mal, de toda aflicción. Cada enfermo, cada persona necesitada merece nuestro respeto y amor, porque a través de él Dios nos indica el camino hacia el cielo", agregó.
Benedicto XVI animó a despojarse de los sufrimientos del pasado, y dejarse liberar por Cristo, porque la en Él "vence nuestros miedos, nuestras miserias, nos da acceso a un mundo nuevo, un mundo donde la justicia y la verdad no son un teatro, un mundo de libertad interior y de paz con nosotros mismos, con los otros y con Dios".
El Santo Padre explicó que Jesús no se presenta con riquezas, éxito, potencia o poder, sino que es un rey que se hace servidor de los más pequeños y humildes, "un rey cuyo trono es la cruz".
Para Jesús-Dios, "reinar es servir. Y lo que nos pide es seguir por este camino para servir, para estar atentos al clamor del pobre, el débil, el marginado", animó.
"En este día de fiesta, nos alegramos del reino de de Cristo Rey en toda la tierra. Él es quien disuelve todo lo que obstaculiza la reconciliación, la justicia y la paz. Recordemos que la verdadera realeza no consiste en una ostentación de poder, sino en la humildad del servicio; no en la opresión de los débiles, sino en la capacidad de protegerlos para darles vida en abundancia".
El Evangelio dice que Jesús "ha querido tomar el rostro de los hambrientos y sedientos, de los extranjeros, los desnudos, enfermos o prisioneros, en definitiva, de todos los que sufren o están marginados, lo que les hagamos a ellos será considerado como si lo hiciéramos a Jesús mismo".
"Cristo reina desde la cruz y con los brazos abiertos, que abarcan a todos los pueblos de la tierra y les atrae a la unidad. Por la cruz, derriba los muros de la división, y nos reconcilia unos con otros y con el Padre. Hoy oramos por los pueblos de África, para que todos puedan vivir en la justicia, la paz y la alegría del Reino de Dios".
Asimismo, el Santo Padre invitó a los cristianos a anunciar su fe, "el bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle a grandes sacrificios, incluso el de la propia vida. Pero, como os recuerda san Pablo, Cristo ha vencido a la muerte y nos lleva consigo en su resurrección. Nos introduce en un mundo nuevo, un mundo de libertad y felicidad".
El Papa recordó luego a su fallecido amigo, el Cardenal beninés Bernardin Gantin, "ejemplo de fe y sabiduría para Benín y para todo el continente africano". Recordó que tras 150 años de evangelización en el país "todavía muchos que aún no han escuchado el mensaje de salvación de Cristo", "que se resisten a abrir sus corazones a la Palabra de Dios".
El Papa exhortó a los católicos a la evangelización: "¡Sed testigos ardientes, con entusiasmo, de la fe que habéis recibido! Haced brillar por doquier el rostro amoroso de Cristo, especialmente ante los jóvenes que buscan razones para vivir y esperar en un mundo difícil".
"Queridos hermanos y hermanas, os invito por tanto a fortalecer vuestra fe en Jesucristo mediante una auténtica conversión a su persona. Sólo Él nos da la verdadera vida, y nos libera de nuestros temores y resistencias, de todas nuestras angustias".
"Que Jesucristo os dé a todos la fuerza para vivir como cristianos y tratar de transmitir con generosidad a las nuevas generaciones lo que habéis recibido de vuestros padres en la feQue el Señor os llene de su gracia", concluyó.

El Papa a Obispos de Benin: Sean auténticos servidores del Evangelio


En el encuentro que sostuvo ayer con los obispos de Benin en la capilla de la Nunciatura Apostólica, el Papa Benedicto XVI pidió a los prelados ser auténticos servidores del Evangelio, según el corazón de Dios, ya que eso es lo que esperan los fieles.
En su discurso a los obispos de las 10 diócesis del país en el 150 aniversario de la evangelización de Benin, el Santo Padre señaló que "esta celebración jubilar ha de ser para las comunidades y para cada uno de sus miembros ocasión de una profunda renovación espiritual. Y, como pastores del Pueblo de Dios, es vuestra responsabilidad discernir su perfil a la luz de la Palabra de Dios".
El Papa dijo luego que "el Año de la fe, que he querido promulgar para el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, será sin duda una buena oportunidad para fomentar en los fieles el redescubrimiento y profundización de su fe en la persona del Salvador de los hombres".
"En efecto, si desde hace 150 años unos hombres y mujeres han tenido el valor de darlo todo por servir el Evangelio, es porque han aceptado poner a Cristo en el centro de su vida. Este mismo planteamiento debe estar hoy en el centro de la vida de toda laIglesia".
Benedicto XVI resaltó que "esta actitud requiere una conversión constante para dar una fuerza nueva a la dimensión profética de nuestro anuncio (...) Este encuentro con Cristo debe estar firmemente arraigado en la escucha y meditación de la Palabra de Dios. En efecto, la Escritura debe ocupar un puesto central en la vida de la Iglesia y de cada cristiano".
"Os animo, pues, a hacer de su redescubrimiento una fuente de renovación constante, para que ella unifique la vida cotidiana de los fieles y sea cada vez más el corazón de la actividad eclesial".
"La Iglesia no puede guardarse la Palabra de Dios para ella sola; tiene por vocación anunciarla al mundo. Este Año Jubilar debe ser para la Iglesia en Benin una oportunidad privilegiada para dar nuevo vigor a su conciencia misionera. El celo apostólico que debe animar a todos los fieles se deriva directamente de su bautismo y, por tanto, no pueden eludir la responsabilidad de confesar su fe en Cristo y su Evangelio donde quiera que se hallen y en su vida diaria".
El Santo Padre resaltó que "la Iglesia no puede limitarse en modo alguno a una pastoral de "mantenimiento" para los que ya conocen el Evangelio de Cristo. El impulso misionero es una señal clara de la madurez de una comunidad eclesial’. La Iglesia debe dirigirse a todos".
Para que el mundo crea en la Palabra que la Iglesia anuncia, "es indispensable que los discípulos de Cristo estén unidos entre sí. Como guías y pastores de vuestro pueblo, estáis llamados a tener una viva conciencia de la hermandad sacramental que os une, y de la única misión se os ha encomendado, para ser efectivamente signos y promotores de unidad en vuestras diócesis".
El Papa alentó a asumir con responsabilidad la tarea de la formación sólida de los sacerdotes, para aceptar esa vocación en su totalidad. Seguidamente dijo que "el ministerio episcopal, al que el Señor os ha llamado, tiene sus alegrías y sus penas".
"Sed siempre pastores según el corazón de Dios, auténticos servidores del Evangelio. Esto es lo que los hombres y mujeres de nuestro tiempo esperan de vosotros", concluyó. Después del encuentro, el Papa cenó con los obispos de Benin en la nunciatura apostólica.

El Papa a niños en Cotonou: Compartan el tesoro que es Cristo


En la Parroquia de Santa Rita de Cotonou, dirigida por las Misioneras de la Caridad de la Beata Madre Teresa, el Papa Benedicto XVI visitó ayer por la tarde a decenas de niños abandonados y enfermos para recordarles que Dios los ama y animarlos a compartir el tesoro de Cristo con los demás.
"Queridos niños, Jesús os ama. Pedid también a vuestros padres que recen con vosotros. Algunas veces habrá que insistirles un poco. No dudéis en hacerlo. Dios es muy importante", expresó el Papa.
Luego de ser recibido por la Superiora de de las Misioneras de Cotonou y los jóvenes con rezos y bailes, el Santo Padre comenzó su discurso: "Querido niños, Dios nuestro Padre nos ha convocado alrededor de su Hijo y nuestro hermano, Jesús, presente en la hostia consagrada en la Misa".
"Es un gran misterio que hay que adorar y creer. Jesús, que nos quiere tanto, está verdaderamente presente en los sagrarios de todas las iglesias del mundo, en los sagrarios de las iglesias de vuestros barrios y parroquias. Os invito a visitarlo con frecuencia para manifestarle vuestro amor".
Algunos de vosotros "habéis hecho ya la primera comunión, otros os estáis preparando para hacerla. El día de mi primera comunión fue uno de los más bonitos de mi vida. También para vosotros, ¿no es verdad? Y, ¿sabéis por qué? No sólo por los lindos vestidos, los regalos o el banquete de fiesta, sino principalmente porque en ese día recibimos por primera vez a Jesús-Eucaristía".
El Santo Padre enseñó a rezar a los niños en el acontecimiento de la Comunión: "cuando yo comulgo, Jesús viene a habitar dentro de mí. Tengo que recibirlo con amor y escucharlo con atención. En lo más profundo del corazón, le puedo decir por ejemplo: ‘Jesús, yo sé que tú me amas. Dame tu amor para que te ame y ame a los demás con tu amor. Te confío mis alegrías, mis penas y mi futuro’".
"Queridos niños, no dudéis en hablar de Jesús a los demás. Es un tesoro que hay que saber compartir con generosidad. En la historia de la Iglesia, el amor a Jesús ha llenado de valor y de fuerza a muchos cristianos, incluso a niños como vosotros".
Así, recordó, "a San Kizito, un muchacho ugandés, lo mataron porque él quería vivir según el bautismo que acababa de recibir. Kizito rezó. Había comprendido que Dios no sólo es importante sino que lo es todo".
Benedicto XVI explicó que la oración "es un grito de amor dirigido a Dios nuestro Padre, deseando imitar a Jesús nuestro Hermano".
Y los invitó a sembrarla cada día: "Jesús se fue a un lugar apartado para orar. Como Jesús, yo también puedo encontrar cada día un lugar tranquilo para recogerme delante de una cruz o una imagen sagrada y hablar y escuchar a Jesús. También puedo usar el Evangelio. Después me fijo con el corazón en un pasaje que me ha impresionado y me que guiará durante la jornada".
Finalmente, el Santo Padre hizo entregar a los jóvenes un rosario para encomendar sus días a la intercesión de la Virgen María. Y antes de impartir su bendición, rezó junto a los jóvenes un Ave María por los niños de todo el mundo, "especialmente por los que sufren a causa de la enfermedad, el hambre y la guerra", concluyó.

El Papa firma exhortación Africae munus: No abandonar búsqueda de paz y reconciliación


Al firmar la exhortación apostólica post-sinodal Africae munus (El compromiso de África) el Papa Benedicto XVI alentó a no abandonar nunca la búsqueda de la paz y la reconciliación necesarias en el continente y en toda laIglesia.
En la Basílica de la Inmaculada Concepción de Ouidah ante obispos de distintos lugares de África, el Santo Padre dijo que "hoy, con la firma de la Exhortación Africae munus, se concluye la celebración del acontecimiento Sinodal. Este ha movilizado a la Iglesia Católica en África, que ha rezado, reflexionado y debatido sobre el tema de la reconciliación, la justicia y la paz".
Tras señalar que la asamblea sinodal de 2009 se vio enriquecida por la exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Africa del Beato Juan Pablo IIBenedicto XVI recordó que este documento "subrayó con fuerza la urgencia de la evangelización del continente, que no puede separarse de la promoción humana".
"Por otra parte, se ha desarrollado el concepto de Iglesia-Familia de Dios. Este último ha producido muchos frutos espirituales para la Iglesia católica y para el trabajo de evangelización y promoción humana que ella ha puesto en práctica para la sociedad africana en su conjunto".
En efecto, dijo el Papa, "la Iglesia está llamada a descubrirse cada vez más como una familia. Para los cristianos, se trata de la comunidad de los creyentes que alaba a Dios uno y trino, celebra los grandes misterios de nuestra fe y anima con la caridad la relación entre personas, grupos y naciones, más allá de las diversidades étnicas, culturales y religiosas".
Benedicto XVI también resaltó que "una Iglesia reconciliada en su interior y entre sus miembros puede convertirse en signo profético de reconciliación en el ámbito social, de cada país y de todo el continente. San Pablo dice: ‘Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos encargó el ministerio de la reconciliación’".
"El fundamento de esta reconciliación reside en la naturaleza de la Iglesia, que ‘es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano’", agregó.
El Pontífice resaltó luego que "jamás se ha de abandonar la búsqueda de caminos para la paz. La paz es uno de los bienes más preciosos. Para lograrla, hay que tener la valentía de la reconciliación que viene del perdón, del deseo de recomenzar la vida en común, de la visión solidaria del futuro, de la perseverancia para superar las dificultades".
"Reconciliados y en paz con Dios y el prójimo, los hombres pueden trabajar por una mayor justicia en la sociedad. No se ha de olvidar que la primera justicia, según el Evangelio, es hacer la voluntad de Dios. De esta opción de base provienen innumerables iniciativas tendentes a promover la justicia en África, y el bien de todos los habitantes del continente, sobre todo de aquellos más desamparados y que necesitan empleo, escuelas y hospitales".
Finalmente el Papa animó: "África, tierra de un nuevo Pentecostés, ¡ten confianza en Dios! Animada por el Espíritu de Jesucristo resucitado, hazte la gran familia de Dios, generosa con todos tus hijos e hijas, artífices de reconciliación, de paz y de justicia. África, Buena Nueva para la Iglesia, ¡Haz que lo sea para todo el mundo! Muchas gracias".

En Ouidah En Benin el Papa propone programa de vida para sacerdotes, religiosos y laicos


En el seminario de San Galo, en la ciudad de Ouidah (Benin), el Papa Benedicto XVIpropuso magistralmente un programa de vida para todos los sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos de laIglesia, alentando a todos a vivir santamente en el amor.
Luego de reunirse con el presidente de Benin y tras rezar ante la tumba de su amigo el Cardenal Bernardin Gantin, el Santo Padre agradeció a los presentes por su compromiso pese a las dificultades que enfrentan.
Seguidamente propuso un programa de vida para cada una de las vocaciones que los fieles pueden seguir en la Iglesiacomenzado por los sacerdotes.
A ellos les recordó que "la responsabilidad de promover la paz, la justicia y la reconciliación, os incumbe de una manera muy particular. En efecto, por la sagrada ordenación que recibisteis, y por lossacramentos que celebráis, estáis llamados a ser hombres de comunión. Así como el cristal no retiene la luz, sino que la refleja y la devuelve, de igual modo el sacerdote debe dejar transparentar lo que celebra y lo que recibe".
"Por tanto os animo a dejar trasparentar a Cristo en vuestra vida con una auténtica comunión con el obispo, con una bondad real hacia vuestros hermanos, una profunda solicitud por cada bautizado y una gran atención hacia cada persona. Dejándoos modelar por Cristo, no cambiéis jamás la belleza de vuestro ser sacerdotes por realidades efímeras, a veces malsanas, que la mentalidad contemporánea intenta imponer a todas las culturas".
Finalmente los exhortó a "no subestimar la grandeza insondable de la gracia divina depositada en vosotros y que os capacita a vivir al servicio de la paz, la justicia y la reconciliación".
A los religiosos y religiosas, el Santo Padre les dijo que " la vida consagrada es un seguimiento radical de Jesús. Que vuestra opción incondicional por Cristo os conduzca a un amor sin fronteras por el prójimo. La pobreza y la castidad os hagan verdaderamente libres para obedecer incondicionalmente al único Amor que, cuando os alcanza, os impulsa a derramarlo por todas partes".
"Pobreza, obediencia y castidad aumenten en vosotros la sed de Dios y el hambre de su Palabra, que, al crecer, se convierte en hambre y sed para servir al prójimo hambriento de justicia, paz y reconciliación. Fielmente vividos, los consejos evangélicos os trasforman en hermano universal o en hermana de todos, y os ayudan a avanzar con determinación por el camino de la santidad".
Al concluir su reflexión a los religiosos, el Papa dijo que "llegaréis si estáis convencidos de que para vosotros la vida es Cristo, y hacéis de vuestras comunidades reflejo de la gloria de Dios y lugares donde no tenéis otra deuda con nadie, sino la del amor mutuo. Con vuestros carismas propios, vividos con un espíritu de apertura a la catolicidad de la Iglesia, podéis contribuir a una expresión armoniosa de la inmensidad de los dones divinos al servicio de toda la humanidad".
A los seminaristas Benedicto XVI exhortó a ponerse "en la escuela de Cristo para adquirir las virtudes que os ayudarán a vivir el sacerdocio ministerial como el lugar de vuestra santificación. Sin la lógica de la santidad, el ministerio no es más que una simple función social".
"La calidad de vuestra vida futura depende de la calidad de vuestra relación personal con Dios en Jesucristo, de vuestros sacrificios, de la feliz integración de las exigencias de vuestra formación actual. Ante los retos de la existencia humana, el sacerdote de hoy como el de mañana –si quiere ser testigo creíble al servicio de la paz, la justicia y la reconciliación– debe ser un hombre humilde y equilibrado, prudente y magnánimo".
"Después de 60 años de vida sacerdotal, os puedo asegurar, queridos seminaristas, que no lamentaréis haber acumulado durante vuestra formación tesoros intelectuales, espirituales y pastorales", afirmó.
Dirigiéndose luego a los laicos, el Papa Benedicto XVI dijo que "en el corazón de las realidades cotidianas de la vida, estáis llamados a ser sal de la tierra y luz del mundo, os exhorto a renovar también vuestro compromiso por la justicia, la paz y la reconciliación".
"Esta misión requiere en primer lugar fe en la familia, construida según el designio de Dios, y una fidelidad a la esencia misma del matrimonio cristiano. Exige también que vuestras familias sean verdaderas ‘iglesias domésticas’".
El Santo Padre recalcó que "gracias a la fuerza de la oración, ‘se transforma y se mejora gradualmente la vida personal y familiar, se enriquece el diálogo, se transmite la fe a los hijos, se acrecienta el gusto de estar juntos y el hogar se une y consolida más’. Haciendo reinar en vuestras familias el amor y el perdón, contribuís a la edificación de una Iglesia fuerte y hermosa, y a que haya más justicia y paz en toda la sociedad".
"En este sentido -concluyó- os animo, queridos padres, a tener un respeto profundo por la vida y a testimoniar ante vuestros hijos los valores humanos y espirituales".

No priven a sus pueblos de la esperanza, pide el Papa en palacio presidencial de Benin


En su discurso a los miembros del Gobierno de Benin, el Cuerpo Diplomático y los representantes de las principales religiones de ese país africano, el Papa Benedicto XVI hizo una profunda reflexión sobre la realidad de África y alentó a todos a no privar a los pueblos de la esperanza que Dios da a todos los hombres.
Luego de llegar al Palacio Presidencial de Cotonou tras celebrar la Santa Misa en privado en la capilla de la Nunciatura Apostólica. Benedicto XVI fue recibido por el presidente de la República, Thomas Boni Yayi.
En la Sala del Pueblo el Papa dirigió un extenso y agudo discurso en el que pasó revista a diversos aspectos sociopolíticos y relacionados al diálogo interreligioso en el que Benin es un ejemplo para otras sociedades en el mundo actual.
"Cuando digo que África es el continente de la esperanza –explicó el Santo Padre– no hago retórica fácil, sino expreso simplemente una convicción personal, que es también de la Iglesia. Con demasiada frecuencia nuestra mente se queda en prejuicios o imágenes que dan una visión negativa de la realidad africana, fruto de un análisis pesimista".
El Papa describió luego dos maneras irrespetuosas que llevan a la cosificación de África: "es siempre tentador señalar lo que está mal; más aún, es fácil adoptar el tono del moralista o del experto, que impone sus conclusiones y propone, a fin de cuentas, pocas soluciones adecuadas. Existe también la tentación de analizar la realidad africana de manera parecida a la de un antropólogo curioso, o como alguien que no ve en ella más que una enorme reserva de energía, minerales, productos agrícolas y recursos humanos fáciles de explotar para intereses a menudo escasamente nobles".
Benedicto XVI explicó que los conflictos que se han visto en África en los últimos meses, en medio, además, de "demasiados escándalos e injusticias, demasiada corrupción y codicia, demasiado desprecio y mentira, excesiva violencia que lleva a la miseria y a la muerte", deben ser superadas por gobiernos que busquen siempre el bien común.
Al final de cuentas, dijo el Santo Padre, estas protestas lo que buscan aunque a veces los medios no sean los adecuados es exigir mayor humanidad que demandan "decisiones determinantes y opciones que no pueden eludir" los gobiernos.
"Desde esta tribuna, hago un llamamiento a todos los líderes políticos y económicos de los países africanos y del resto del mundo. No privéis a vuestros pueblos de la esperanza. No amputéis su porvenir mutilando su presente. Tened un enfoque ético valiente en vuestras responsabilidades y, si sois creyentes, rogad a Dios que os conceda sabiduría".
Esta sabiduría, dijo el Papa, "os hará entender que, siendo los promotores del futuro de vuestros pueblos, es necesario que seáis verdaderos servidores de la esperanza. No es fácil vivir en la condición de servidor, de mantenerse íntegro entre las corrientes de opinión y los intereses poderosos. El poder, de cualquier tipo que sea, ciega fácilmente, sobre todo cuando están en juego intereses privados, familiares, étnicos o religiosos. Sólo Dios purifica los corazones y las intenciones".
El Papa Benedicto XVI resaltó luego que "la Iglesia no ofrece soluciones técnicas ni impone fórmulas políticas. Ella repite: No tengáis miedo. La humanidad no está sola ante los desafíos del mundo. Dios está presente. Y este es un mensaje de esperanza, una esperanza que genera energía, que estimula la inteligencia y da a la voluntad todo su dinamismo".
Seguidamente indicó que "desesperar es individualismo. La esperanza es comunión. ¿No es este un camino espléndido que se nos propone? Invito a emprenderlo a todos los responsables políticos, económicos, así como del mundo académico y de la cultura. Sed también vosotros sembradores de esperanza".
Sobre el aspecto del diálogo interreligioso, el Pontífice alentó a superar los enfrentamientos que ocurren "en nombre de Aquel que es la vida" y subrayó que "ninguna religión, ninguna cultura puede justificar que se invoque o se recurra a la intolerancia o a la violencia".
"La agresividad es una forma de relación bastante arcaica, que se remite a instintos fáciles y poco nobles. Utilizar las palabras reveladas, las Sagradas Escrituras o el nombre de Dios para justificar nuestros intereses, nuestras políticas tan fácilmente complacientes o nuestras violencias, es un delito muy grave".
El Papa también exhortó a superar las dificultades para este diálogo que no siempre es fácil y a considerar que "no se dialoga por debilidad, sino que dialogamos porque creemos en Dios, creador y padre de todos los hombres. El diálogo es una forma más de amar a Dios y al prójimo en el amor de la verdad".
Finalmente el Papa Benedicto XVI señaló que "la fe vive el presente, pero espera los bienes futuros. Dios está en nuestro presente, pero viene también del futuro, lugar de la esperanza. El ensanchamiento del corazón no es sólo la esperanza en Dios, sino también la apertura al cuidado de las realidades corporales y temporales para dar gloria a Dios".
"Siguiendo los pasos de Pedro, del que soy sucesor –concluyó– deseo que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios. Estos son los votos que formulo para toda África, que me es tan querida. ¡Ten confianza, África, y levántate. El Señor te llama! Que Dios os bendiga. Gracias".

Evangelio de fin de semana


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


domingo 20 Noviembre 2011

Jesucristo, Rey del Universo - Solemnidad


Santo(s) del día : San Rafael de San José ( José Kalinowski)


Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. 
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, 
y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. 
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, 
porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; 
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'. 
Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? 
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? 
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'. 
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'. 
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, 
porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; 
estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'. 
Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'. 
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'. 
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna". 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 
Leer el comentario del Evangelio por : San Hilario (v. 315-367), obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia 
La Trinidad, 11, 38-39 

Heredad el Reino preparado para vosotros, antes de la creación del mundo
        «Cristo devolverá el Reino a su Padre" dice san Pablo (1Co 15,28), no en el sentido, de que renunciará a su poder al entregarle su Reino, sino que seremos nosotros el Reino de Dios, cuando seamos conformes a su gloria... será a nosotros a quién nos devolverá a Dios, después de habernos constituido «Reino de Dios" para glorificación de su cuerpo. Somos nosotros a los que entregará al Padre, como Reino, según lo que se dice en el Evangelio: «Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del Reino que os ha sido preparado desde la creación del mundo».
        «Los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre » (Mt 13,43). Porque el Hijo entregará a Dios, como su Reino, a aquellos que han sido invitados, a aquellos a quienes se les ha prometido la bienaventuranza propia de este misterio con estas palabras: "Bienaventurados los límpios de corazón, porque ellos verán Dios" (Mt 5,8)... Cristo entrega a Dios el Reino, y también a aquellos que entrega a su Padre como estando en su Reino ven Dios. El Señor mismo declaró a sus apóstoles, en qué consiste dicho Reino: »El Reino de Dios está dentro de vosotros" (Lc 17,21).
        Y si alguno desea saber, quién es el que entrega el Reino, que escuche: «Cristo ha resucitado de entre los muertos, y es primicia de los que han muerto. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección» (1Co 15,20-21). Todo esto se refiere al misterio de su Cuerpo, ya que Cristo es el primer resucitado de entre los muertos... Por consiguiente, todo esto, es para el progreso de la humanidad asumida por Cristo ya que "Dios será todo en todos «(1Co 15,28).


viernes, 18 de noviembre de 2011

El Papa en Catedral de Cotonou: Misericordia de Dios es infinita y fiel al hombre


En su discurso esta tarde (hora local) en la Catedral de Cotonou, el Papa Benedicto XVI destacó que la misericordia de Dios es infinita y es prueba también de la fidelidad divina a la alianza que ha hecho con cada bautizado.
En la Catedral Nuestra Señora de la Misericordia y ante obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos, el Santo Padre resaltó que "la historia de la salvación, que culmina en la encarnación de Jesús y tiene su pleno cumplimiento en el misterio pascual, es una revelación conmovedora de la misericordia de Dios".
El Papa dijo que "la misericordia divina no consiste sólo en la remisión de nuestros pecados; consiste también en que Dios, nuestro Padre, a veces con dolor, tristeza o miedo por nuestra parte, nos devuelve al camino de la verdad y de la luz, porque no quiere que nos perdamos".
"Esta doble manifestación de la misericordia de Dios muestra lo fiel que es Dios a la alianza sellada con todo cristiano en el bautismo. Al releer la historia personal de cada uno y la de la evangelización de nuestros países, podemos decir con el salmista: ‘cantaré eternamente las misericordias del Señor’".
El Papa también se refirió a la misión de la Virgen María, Madre de la Misericordia, quien por esta participación en el plan de salvación y por su "sí" al Señor, "ha recibido el privilegio de socorrernos siempre y en todo lugar".
"Bajo el amparo de su misericordia, sanan los corazones quebrantados, se vencen las acechanzas del Maligno y los enemigos se reconcilian. En María, no sólo tenemos un modelo de perfección, sino también una ayuda para lograr la comunión con Dios y con nuestros hermanos y hermanas", dijo el Papa.
El Papa Benedicto también subrayó que Marñia es una "guía segura para los discípulos de su Hijo, que quieren servir a la justicia, la reconciliación y la paz. Ella nos indica con sencillez y corazón de madre la única Luz y la única Verdad: su Hijo, Jesucristo, que lleva a la humanidad hacia su plena realización en el Padre".
El Santo Padre recordó el testimonio de dos arzobispos de Cotonou cuyos restos reposan en la Catedral Nuestra Señora de la Misericordia: Mons. Christophe Adimou y Mons. Isidore de Sousa, que "fueron valerosos trabajadores en la viña del Señor, y su recuerdo sigue vivo en el corazón de los católicos y de numerosos benineses".
Benedicto XVI destacó su valiosa entrega y su apoyo en la transición de la dictadura marxista a la democracia en Benin.

El Papa llega a Benin y recuerda que Dios confía en el hombre y desea su bien

Transición a la modernidad debe respetar valores fundamentales como la vida y la familia.

En medio de un gran ambiente de fiesta y en su primer discurso en Benin (África), adonde llegó esta tarde (hora local), elPapa Benedicto XVI explicó la manera adecuada de avanzar hacia la modernidad y recordó que Dios confía en el hombre y desea siempre su bien.
En el aeropuerto internacional de Cotonou y luego de ser recibido por el Nuncio en Benin, Mons. Michael Blume; el Arzobispo de Cotonou, Mons. Antoine Ganyé, y el presidente de la República, Sr. Thomas Yayi Boni, el Santo Padre explicó las razones de su viaje.
La invitación del Presidente en el marco de los 150 años de la evangelización del país, la entrega a los obispos de la exhortación apostólica post-sinodal Africae munus (El compromiso de África) y el deseo del Papa de visitar la tumba de su amigo el Cardenal Bernardin Gantin "para rezar (…) y para agradecer a Benin el haber dado a laIglesia a este hijo eminente".
El Santo Padre explicó luego la importancia de la historia y la tradición de Benin, que deben ser tenidas en cuenta en la transición "que se está produciendo actualmente de la tradición a la modernidad".
"No se ha de temer a la modernidad, pero tampoco se puede construir olvidando el pasado. Debe ir acompañada de la prudencia para el bien de todos, evitando los escollos que hay en África, lo mismo que en otras partes, como la sumisión incondicional a las fuerzas del mercado o las finanzas, el nacionalismo o tribalismo exacerbado y estéril, que puede llegar a ser funesto, la politización extrema de las tensiones interreligiosas en detrimento del bien común o, finalmente, la erosión de los valores humanos, culturales, éticos y religiosos".
La transición a la modernidad, explicó el Papa, "debe estar guiada por criterios seguros basados en las virtudes reconocidas, como las citadas en vuestro lema nacional, pero también aquellas enraizadas en la dignidad, la grandeza de la familia y el respeto de lavida".
"Todos estos valores –aseguró– son para el bien común, el único que debe primar, y el único que debe ser la mayor preocupación de todo sujeto responsable. Dios confía en el hombre y desea su bien. Nos atañe a nosotros corresponder con una honestidad y justicia que esté a la altura de su confianza".
El Papa recordó luego que "la Iglesia, por su parte, ofrece su contribución específica. Con su presencia, su oración y sus diversas obras de misericordia, especialmente en el campo de la educación y la sanidad, desea dar lo mejor que tiene. Desea mostrarse cercana de quien está en necesidad, de quien busca a Dios".
La Iglesia, concluyó el Papa Benedicto XVI, "quiere hacer comprender que Dios no está ausente, ni es inútil, como se trata de hacer creer, sino que es amigo del hombre. Señor Presidente, vengo a vuestro país con este espíritu de amistad y hermandad. ¡Dios bendiga a Benin!"