jueves, 28 de junio de 2012

Papa autoriza decretos sobre causas de canonización de brasileña, mártires españoles, obispos y un cardenal


 El Papa Benedicto XVI recibió en audiencia al Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y autorizó la promulgación de los decretos que reconocen un milagro atribuido a la intercesión de una laica brasileña, así como de nuevos mártires españoles, un mártir indio y las virtudes heroicas de Mons. Fulton Sheen y Mons. Álvaro del Portillo, entre otros.
Los decretos atribuidos a la intercesión de milagros son:
-Venerable Siervo de Dios Luca Passi (1789-1866) italiano; sacerdote y fundador de la Congregación de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea.
-Venerable Sierva de Dios Francisca de Paula de Jesús, llamada "Nha Chica" (1808-1895), brasileña; laica.
Asimismo, se autorizaron los decretos en los siguientes casos de martirio:
-Siervos de Dios Manuel Borrás Ferré, obispo auxiliar de Tarragona (España) y Agapito Modesto (en el siglo Modesto Pamplona Faiguera), españoles, del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y de 145 compañeros más, asesinados por odio a la fe en España entre 1936 y 1939.
-Siervo de Dios Giuseppe Puglisi, (1937-1993), italiano, sacerdote diocesano, asesinado por odio a la fe en Palermo (Italia) el 15 de septiembre de 1993.
-Siervos de Dios Hermenegildo de la Asunción (en el siglo Hermenegildo Iza y Aregita) y cinco compañeros de la Orden de la Santísima Trinidad, asesinados por odio a la fe en España en 1936.
-Sierva de Dios Victoria de Jesús (en el siglo Francisca Valverde González), 1888-1937, española, religiosa del Pío Instituto Calasanzio de la Divina Pastora, asesinada por odio a la fe en España el 13 de enero de 1937.
-Siervo de Dios Devasahayam (Lázaro) Pillai (1712-1752), indio, laico, asesinado por odio a la fe en Aral Kurusady (India) el 14 de enero de 1752.
Además, se reconocieron las virtudes heroicas del:
-Siervo de Dios Sisto Riario Sforza (1810-1877), italiano, cardenal y arzobispo de Nápoles (Italia).
-Siervo de Dios Fulton Sheen (1895-1979), estadounidense; arzobispo y obispo de Rochester (EE.UU).
-Siervo de Dios Álvaro del Portillo y Díez de Sollano (1914-1994); español; obispo y prelado de la Prelatura personal del Opues Dei.
-Siervo de Dios Ludwig Tijssen (1865-1929), holandés; sacerdote diocesano.
-Siervo de Dios Cristóbal de Santa Catalina ( en el siglo Cristóbal Fernández Valladolid), 1638-1690; español; sacerdote y fundador de la Congregación del Hospital de Jesús Nazareno de Córdoba.
-Sierva de Dios María del Sagrado Corazón (en el siglo Marie-Joseph Fitzbach) 1806-1885; canadiense; viuda, fundadora de las Siervas del Corazón Inmaculado de María, llamadas Hermanas del Buen Pastor de Québec (Canadá).
-Sierva de Dios Mary Angeline Teresa (en el siglo Bridget Teresa McCrory); 1893-1984, nacida en Irlanda del Norte; fundadora de la Congregación de las Hermanas Carmelitas para los ancianos y los enfermos.
-Sierva de Dios Maria Marguerite (en el siglo Adelaide Bogner); 1905-1933; húngara, religiosa profesa de la Orden de la Visitación.
-Sierva de Dios Ferdinanda Riva (1920-1956), italiana; religiosa profesa del Instituto de las Hijas de la Caridad.
Finalmente, la Sala de Prensa informó que el 10 de mayo de 2012 el Santo Padre autorizó a la Congregación para promulgar el decreto concerniente al martirio del Siervo de Dios Juan Huguet y Cardona (1913-1936), español, sacerdote diocesano, asesinado por odio a la fe el 23 de julio de 1936 en España.

Voluntarios cristianos y trabajo en intenciones del Papa para julio


La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer las intenciones del Papa para el mes de julio.
La intención general del Apostolado de la Oración del Santo Padre para el mes de julio es: "Para que todos tengan trabajo y lo puedan desempeñar en condiciones de estabilidad y seguridad".
Su intención misionera es: "Para que los voluntarios cristianos presentes en territorios de misión sepan dar testimonio de la caridad de Cristo".

Papa a ortodoxos: Pidamos a Pedro y Pablo interceder por pronta unidad de los cristianos


El Papa Benedicto XVI dirigió un discurso a una delegación del Patriarcado Ecuménica de Constantinopla, en el que invitó a pedir a los Apóstoles Pedro y Pablo interceder para que pronto se logre la unidad de los cristianos y "podamos compartir la mesa eucarística".
La delegación fue enviada por el Patriarca Bartolomé I en el marco del intercambio de visitas entre la Iglesia Católica y el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla con "ocasión de las fiestas de sus respectivos patronos".
Benedicto XVI dijo que la Solemnidad de San Pedro y San Pablo "nos da la oportunidad de agradecer al Señor las obras extraordinarias que ha hecho y sigue haciendo a través de los Apóstoles en la vida de la Iglesia. Su predicación, sellada por el testimonio del martirio es la base sólida y perenne sobre la cual se asienta la Iglesia y ,en la fidelidad al depósito de la fe que nos han transmitido, encontramos las raíces la comunión que ya experimentamos entre nosotros".
"En nuestro encuentro -al mismo tiempo que encomendamos a la intercesión de los gloriosos apóstoles y mártires Pedro y Pablo nuestra súplica para que el Señor (...) nos conceda llegar pronto al día bendito en que podamos compartir la mesa eucarística- le damos gracias por el camino de paz y reconciliación que nos ha hecho recorrer juntos".
En ese sentido, destacó el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, en el que "estuvieron presentes algunos representantes del Patriarcado Ecuménico en calidad de Delegados fraternos, cuando se abrió una nueva fase importante de las relaciones entre nuestras Iglesias".
El Papa agradeció al Señor "por el redescubrimiento de la hermandad profunda que nos une, y también por el camino recorrido en estos años por la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, con la esperanza de que, también en la fase actual, se progrese".
Asimismo, recordó "la figura y la actividad del inolvidable Patriarca ecuménico Atenágoras (...) que junto con el beato Juan XXIII y el siervo de Dios Pablo VI, animados por la pasión por la unidad de la Iglesia que nace de la fe en Cristo el Señor, promovieron valerosas iniciativas que allanaron el camino a relaciones renovadas entre el Patriarcado Ecuménico y la Iglesia Católica".
"Me alegra profundamente que Su Santidad Bartolomé I continúe, con renovada fidelidad y creatividad fecunda, la senda trazada por sus predecesores, los patriarcas Atenágoras y Dimitrios, y sea conocido en todo el mundo por su apertura al diálogo entre los cristianos y por su compromiso para anunciar el Evangelio en el mundo contemporáneo", finalizó.
Por su parte, la delegación enviada por Bartolomé I entregó a Benedicto XVI un mensaje del Patriarca.
La delegación estaba compuesta por el Metropolita de Francia Emmanuel Adamakis; el obispo Ilias Katre, de Philomelion (EE.UU); y el reverendo Paisios Kokkinakis, del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico.

martes, 26 de junio de 2012

Santo Padre da nuevo signo para reconciliación con Fraternidad San Pío X


 El Papa Benedicto XVI nombró al Arzobispo Augustine Di Noia como nuevo Vicepresidente de laPontificia Comisión "Ecclesia Dei", designación considerada por laCongregación para la Doctrina de la Fe como un signo del fuerte deseo del Santo Padre por llegar a la reconciliación con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
"El nombramiento de un prelado de alto rango en este puesto es un signo de la solicitud pastoral del Santo Padre por los católicos tradicionalistas en comunión con la Santa Sede y de su fuerte deseo de reconciliación con aquellas comunidades tradicionalistas que no están en comunión con la Sede de Pedro. El presidente de la Comisión es el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal William J. Levada", indicó en una nota divulgada este martes.
La nota recordó que la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei" fue fundada en 1988 por el Beato Juan Pablo II para "facilitar la ‘plena comunión eclesial de sacerdotes, seminaristas, comunidades religiosas o individuos hasta ahora ligados de distintas formas con la Fraternidad fundada por el arzobispo Lefebvre’ y para promover la atención pastoral de los fieles que siguen la antigua tradición litúrgica latina de la Iglesia Católica".
"En 2009, la Pontificia Comisión se vinculó estructuralmente con la Congregación para la Doctrina de la Fe para tratar las cuestiones doctrinales en el diálogo permanente entre la Santa Sede y la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X".
"El arzobispo Di Noia, respetado teólogo dominico, ha dedicado mucha atención a estas cuestiones doctrinales, así como a la prioridad de la hermenéutica de la continuidad y la reforma en la correcta interpretación delConcilio Vaticano II; un área de importancia crítica en el diálogo entre el Santa Sede y la Fraternidad Sacerdotal. Bajo la dirección del Cardenal Levada, con la asistencia de Mons. Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión, este diálogo ha sido constante durante los últimos tres años".
"Previamente, el arzobispo Di Noia había sido secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en la que junto con el prefecto, el cardenal Antonio Cañizares, supervisó la reorganización del dicasterio y la preparación de un nuevo ‘Regolamento’ siguiendo las indicaciones del motu proprio ‘Quaerit Semper’ de Benedicto XVI (30 de agosto de 2011)".
"La experiencia y la continua colaboración del arzobispo Di Noia con la Congregación para el Culto Divino facilitará el desarrollo de determinadas disposiciones litúrgicas durante la celebración según el 'Missale Romanum' de 1962".
Asimismo, afirmó que "el amplio respeto de que goza el arzobispo Di Noia en la comunidad judía contribuirá a solucionar algunos problemas que han surgido en el ámbito de las relaciones católico-judías durante los progresos del camino hacia la reconciliación de las comunidades tradicionalistas".

El Papa visita damnificados por terremoto en Italia: “Mi corazón está con vosotros”


El Papa Benedicto XVI visitó a los miles de damnificados del terremoto que el 29 de mayo afectó la zona italiana de Emilia Romagna les ofreció consuelo y recordó que ante los desastres naturales el hombre debe buscar refugio en Dios.
El helicóptero del Papa aterrizó en el campo deportivo de San Marino de Carpi (Módena) donde fue acogido por el Obispo de la diócesis, Mons. Francesco Cavina y por el Jefe del Departamento de la Protección Civil, Franco Gabrielli.
A bordo de un minibús, se trasladó a la zona de Rovereto di Novi, donde se detuvo unos momentos en la iglesia de Santa Catalina de Alejandría, en cuyo derrumbe falleció el P. Iván Martini. Benedicto XVI, montado en un jeep, saludó a los presentes hasta llegar al lugar del encuentro con la población en la plaza central de Rovereto que contó con la presencia de los arzobispos y obispos de Bolonia, Carpi, Módena, Mantua, Ferrara y Reggio-Emilia.
"La situación que estáis viviendo, ha evidenciado un aspecto que quisiera que estuviera bien presente en vuestro corazón: ¡no estáis ni estaréis solos! En estos días, en medio de tanta destrucción y dolor, vosotros habéis visto y sentido que tanta gente se ha movido para expresaros cercanía, solidaridad, afecto", y "mi presencia entre vosotros quiere ser uno de estos signos de amor y de esperanza", expresó el Papa a los damnificados.
En su discurso, el Santo Padre recordó a los afectados por el sismo que su corazón "está cerca de los vuestros para consolaros, pero, sobre todo para animaros y sosteneros".
Al recordar a las víctimas, el Papa rindió homenaje al P. Iván Martini, el párroco que murió al intentar salvar una imagen de la Virgen. "Rindiendo homenaje a su memoria, dirijo un saludo particular a vosotros, queridos sacerdotes, y a todos los hermanos, que estáis demostrando, como ya ha sucedido en otros momentos difíciles de la historia de esta tierra, vuestro amor generoso hacia el pueblo de Dios", expresó.
Luego, invitó a reflexionar sobre el Salmo 46, que recuerda que "Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre preparada para los peligros. Por eso no temamos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar".
"Estas palabras del Salmo no sólo me conmueven porque utilizan la imagen del terremoto, sino, sobre todo, por lo que afirman sobre nuestra actitud interior ante el trastorno de la naturaleza: una actitud de gran seguridad, afianzada sobre la roca firme e inquebrantable que es Dios", señaló.
Aunque estas palabras "parezcan estar en disonancia con el temor inevitablemente por el sismo, en realidad, el Salmo se refiere a la seguridad de la fe", por lo tanto, "sí, podemos tener temor, angustia –lo experimentó también Jesús–, pero ante todo queda la certeza de que Dios está conmigo como el niño que sabe siempre que puede contar con su madre y con su padre, porque se siente amado, querido, independientemente de lo que suceda".
En este sentido, explicó que así es como son las personas respecto a Dios, pequeñas y frágiles, pero seguras en sus manos. Es decir, "confiados a su amor que es sólido como una roca". "Sobre esta roca, con esta firme esperanza, se puede construir, se puede reconstruir", afirmó.
El Papa alentó a los damnificados a recomenzar una nueva vida sobre la roca de la fe, y llamó a las instituciones y a los ciudadanos "a ser, a pesar de en las dificultades del momento, como el buen samaritano del Evangelio que no pasa indiferente ante quien está necesitado, sino que, con amor, se inclina, socorre, permanece a su lado, haciéndose cargo hasta el final de las necesidades del otro".
Benedicto XVI indicó que desde los primeros días del terremoto "siempre he estado cerca de vosotros con mi oración y preocupación. Y al ver que la prueba se iba haciendo más dura, sentí cada vez más la necesidad de venir personalmente entre vosotros. ¡Doy gracias al Señor que me lo ha concedido!".
"Abrazo con mi pensamiento y mi corazón a todos las poblaciones que han sufrido daños por el terremoto, especialmente a las familias y a las comunidades que lloran por sus seres queridos que han muerto: que el Señor los acoja en su paz", agregó.
Finalmente, el Papa aseguró la intervención y cercanía de Caritas, dirigió un saludo especial al Arzobispo de Bolonia, Cardenal Carlo Caffara, y recordó a los obispos, sacerdotes, representantes de las diversas realidades religiosas y sociales, voluntarios, y las fuerzas de seguridad que "es importante ofrecer un testimonio concreto de solidaridad y de unidad".
"Permaneced fieles a vuestra vocación de gente fraterna y solidaria, y afrontaréis cada cosa con paciencia y determinación, rechazando las tentaciones que, lamentablemente, están relacionadas con estos momentos de debilidad y de necesidad", concluyó.

domingo, 24 de junio de 2012

Benedicto XVI: Ejemplo de San Juan Bautista nos llama a la conversión


 El Papa Benedicto XVI afirmó que el ejemplo de San Juan Bautista, cuya fiesta se celebra hoy, llama a los cristianos “a convertirnos, a testimoniar a Cristo y anunciarlo a tiempo y contra el tiempo”.
En sus palabras previas al rezo del Ángelus, frente a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó la vida de San Juan Bautista e indicó que “si se excluye la Virgen María, el Bautista es el único santo de quien la liturgia festeja el nacimiento, y lo hace porque está estrechamente relacionado con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios”.
“Desde el seno materno, en efecto, Juan es el precursor de Jesús: su prodigiosa concepción es anunciada por el Ángel a María como signo de que “nada es imposible a Dios”.
Benedicto XVI señaló que “el padre de Juan, Zacarías, marido de Isabel, pariente de María, era sacerdote del culto judío. Él no creyó enseguida al anuncio de una paternidad ya inesperada y por este motivo quedó mudo hasta el día de la circuncisión del niño, al cual él y su mujer le dieron el nombre indicado por Dios, es decir Juan, que significa ‘el Señor hace gracia’”.
“Animado por el Espíritu Santo, Zacarías habló así de la misión del hijo: ‘y tú niño serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados’”.
El Papa explicó que “todo esto se manifestó 30 años después, cuando Juan bautizaba en el río Jordán, se puso a bautizar, llamando a la gente a prepararse, con aquel gesto de penitencia, a la inminente venida del Mesías, que Dios le había revelado durante su permanencia en el desierto de Judea”.
“Cuando un día, desde Nazaret, viene Jesús mismo para hacerse bautizar, Juan primero rechazó, pero luego aceptó, y vio el Espíritu Santo posarse sobre Jesús y oyó la voz del Padre celeste que lo proclamaba su Hijo”.
El Santo Padre señaló que, sin embargo, la misión de San Juan Bautista no se había cumplido hasta entonces, pues “poco tiempo después, se le pidió que anticipara a Jesús también en la muerte violenta. Juan fue decapitado en la cárcel del rey Herodes y así dio pleno testimonio del Cordero de Dios, a quien él, primero que todos, había reconocido e indicado públicamente”.
El Papa Benedicto XVI también recordó que "la Virgen María ayudó la anciana pariente Isabel a llevar hasta el último la concepción de Juan".
"Ella ayude a todos a seguir a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, que el Bautista anunció con gran humildad y ardor profético", concluyó.

Benedicto XVI busca restablecer clima de serenidad y confianza en el Vaticano

El P. Federico Lombardi, Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, afirmó que el Papa Benedicto XVI se está reuniendo con jefes de diversos dicasterios y personas que comparten con él la responsabilidad del gobierno de la Iglesia, para intercambiar consideraciones y sugerencias que contribuyan a restablecer el clima de serenidad y confianza en el Vaticano.
Esta mañana, el Santo Padre se reunió con el Arzobispo de Sydney, Cardenal George Pell, el Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal Marc Ouellet, el Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso,Cardenal Camillo Ruini, entre otras importantes autoridades de la Iglesia
El P. Lombardi explicó que “en el contexto de la situación que se ha creado tras la difusión de documentos reservados, el Santo Padre profundiza sus reflexiones en diálogo continuo con las personas que comparten con él la responsabilidad por el gobierno de la Iglesia”.
El vocero vaticano remarcó el deseo de Benedicto XVI de permanecer informado sobre las investigaciones del caso “vatileaks”, que dirige el Cardenal Julián Herranz, Presidente Emérito del Pontificio Consejo para los Textos legislativos, y destacó que en este momento es particularmente importante y urgente testimoniar de modo eficaz la unión de espíritu que anima a la Curia romana.
El P. Lombardi indicó que el Papa continuará sus conversaciones y reflexiones con las diversas autoridades eclesiales en los próximos días, aprovechando el viaje a Roma que muchos de estos realizan con la ocasión de la Fiesta de San Pedro y San Pablo, que es “una ocasión extraordinaria para que la comunidad de la Iglesia universal se sienta unida a él en la oración, en el servicio y en el testimonio de la fe para la humanidad de nuestro tiempo”.

EVANGELIO DE FIN DE SEMANA (24/6/12)


Evangelio de Lucas 1,57-66.80:  "Se va a llamar Juan "

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan». Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre». Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.


De las figuras contemporáneas a Jesús pocas han recibido tanta atención entre judíos y cristianos como la figura de Juan Bautista. Los cuatro evangelios colocan el inicio de la actividad evangelizadora de Jesús en relación con el bautismo de Juan. La actividad de Juan Bautista se ubica en el desierto, Juan se identifica con la actividad penitencial y ascética. Su predicación está caracterizada por el llamado a la conversión, al arrepentimiento, al retorno a los caminos de Dios. No duda en llamar a sus compatriotas ‘raza de víboras’, un apelativo tan fuerte que aún hoy nos cuesta asimilarlo. Denuncia sin titubeos el servilismo de la dinastía herodiana frente a los invasores romanos. Critica duramente la falta de respeto entre los hermanos. Hace del bautismo un símbolo de ese cambio de vida al que el Pueblo de Dios está constantemente llamado por medio de los profetas. El evangelio nos presenta el nacimiento de Juan rodeado de signos extraordinarios. Zacarías, su padre, recibe el encargo de cuidarlo en una revelación que tiene en el Templo, mientras ejerce los servicios sacerdotales. En ese texto se señala la vocación profética de Juan y el motivo de su nombre: Dios se apiadará de su pueblo y le enviará un mensajero que lo conduzca por el camino que lleva al encuentro con Dios. La misión del Bautista servirá de marco a la acción evangelizadora de Jesús, quien retomará el llamado a la conversión y preparará una comunidad para la irrupción definitiva del Reino. Así se configura y perfila la auténtica vocación de Juan, que denuncia las contradicciones de su tiempo y anuncia la esperanza de un ungido de Dios que habrá de transformar radicalmente la situación del pueblo. Nosotros debemos preguntarnos: ¿cuál es nuestra misión con respecto al anuncio de la irrupción de la presencia definitiva de Dios en nuestras vidas? San Juan Bautista, el precursor, como todos lo conocemos, por su vida y misión y por anunciar y preparar la llegada de los tiempos mesiánicos, que ven su cumplimiento en Jesús. La narración se centra en cuatro momentos importantes de su vida: El relato de su nacimiento (vv. 57-58), la circuncisión, la imposición del nombre y la manifestación a toda su parentela e incluso a los vecinos de la comarca (vv. 59-66). En el nacimiento de Juan se cumple lo anunciado a Zacarías y se hace realidad la promesa. La esterilidad de unos padres, vencida por el nacimiento de un hijo, es fuente de alegría, jubilo y regocijo que envuelve y contagia a vecinos y parientes, como ya lo había predicho el mensajero de Dios. Lucas matiza dos aspectos importantes: el de la misericordia de Dios que se manifiesta en favor del pueblo, al quitarle la afrenta de la esterilidad que pesaba sobre Isabel, precisamente sobre la esposa de un sacerdote encargado del servicio litúrgico en el templo de Jerusalén, y por otra parte, el significado del nombre de Juan (“Dios ha mostrado su favor”), con el cual se subraya la presencia de la misericordia Divina, que recae no sólo sobre una persona en particular, Isabel en este caso, sino que alcanza a la totalidad del pueblo. Al relato de nacimiento de Juan sigue el de su circuncisión, imposición del nombre, y su manifestación pública. Por la circuncisión, Juan queda indeleblemente marcado con la “señal de la alianza”, signo visible de la incorporación al pueblo de Israel. Esa marca en la propia carne hace de Juan partícipe de la bendición prometida por el Señor a su pueblo elegido, le capacita para celebrar la Pascua como fiesta de la comunidad y confirma sus esperanzas de compartir con todos sus antepasados la restauración futura y definitiva. El rito de la circuncisión comportaba igualmente la obligación de una escrupulosa observancia de la ley de Moisés. La incorporación del precursor del Mesías al pueblo de Israel es muy importante para Lucas, no sólo porque prefigura la incorporación del propio Jesús a ese mismo pueblo, sino también porque Lucas se esfuerza por demostrar que el cristianismo es una derivación lógica del judaísmo. Por eso tiene que quedar bien claro que los pilares de ese nuevo modo de vida, son de raíces profundamente judías. La imposición de un nombre como el de “Juan” rompe radicalmente con la tradición familiar. Como era costumbre, los vecinos y parientes dan por hecho que el niño se llamaría como el padre. El acuerdo entre la madre y el padre en un nombre que no era familiar aparece como un signo donde se refleja el favor de Dios. La Misericordia divina no sólo se manifiesta a un matrimonio anciano, de vida intachable, sino que alcanza a la totalidad de Israel. De ahí que al recuperar Zacarías el habla, todos los vecinos se interroguen sobre el futuro de ese niño. La manifestación pública de Juan, la cual pretende dejar bien clara la efusión de la misericordia de Dios. La alegría que causa la noticia de su nacimiento es fruto de una primera manifestación en el entorno de la familia y en la vecindad; pero inmediatamente empieza a correr el rumor de ese acontecimiento por todas las montañas de Judea, el júbilo es experiencia de todos. Queda así preparado, narrativamente, el futuro del protagonista, Lucas nos invita a reflexionar sobre la misericordia, la compasión y la generosidad divina, que caracterizan este nuevo período de la historia de la salvación que comienza a manifestarse con el nacimiento de Juan Bautista. Misericordia sin límites y sin medida, que engrandece y libera, que es signo de vida porque rescata a unos ancianos de la muerte por causa de la esterilidad. Además, el Evangelio nos interpela sobre nuestra experiencia de la misericordia de Dios, sobre la manera como la estamos haciendo explícita en gestos y actitudes: acogida, solidaridad con los rechazados, invitación a todos aquellos que desean un mundo nuevo “según el corazón de Dios” a comprometerse en la construcción del mismo.

miércoles, 13 de junio de 2012

Contemplar a Cristo en la oración no aleja de la realidad, explica Benedicto XVI


 El Papa Benedicto XVI explicó en la audiencia general de esta mañana que la contemplación de Cristo, especialmente en la oración, no aleja de la realidad sino que permite a la persona ser más partícipes de las vicisitudes humanas.
Según señala Radio Vaticana, así lo indicó el Santo Padre en su catequesis de hoy ante miles de personas provenientes de distintas partes del mundo reunidas en el Aula Pablo VI. Ante ellos el Papa reflexionó sobre la oración de contemplación del Apóstol San Pablo de la que habla en la Segunda Carta a los Corintios.
El Papa dijo que "la contemplación de Cristo en nuestra vida no nos hace extraños, como ya dicho, de la realidad, más bien nos hace aun más participes de las vicisitudes humanas, porque el Señor, atrayéndonos a sí en su oración,nos permite hacernos presentes y cercanos a cada hermano en su amor".
Benedicto XVI también señaló que "el encuentro diario con el Señor y la frecuencia en los sacramentos puede abrir nuestras mentes y nuestros corazones a su presencia, a sus palabras, a su acción. La oración no es sólo el respiro del alma, sino que –para usar una imagen– también es un oasis de paz, en el que podemos encontrar el agua que alimenta nuestra vida espiritual y transforma nuestra existencia".
"Y Dios nos atrae hacia sí, nos hace subir la montaña de la santidad, para que nos acerquemos cada vez más a Él, ofreciéndonos a lo largo del camino sus luces y consuelos", añadió.
Reflexionando sobre la profundidad de la oración de San Pablo, que hacen que se pueda hablar de él como un místico, el Papa indicó que "la mística de San Pablo no se funda sólo en los eventos excepcionales por él vividos, sino también en la cotidiana e intensa relación con el Señor que lo ha sostenido siempre con su Gracia. La mística no lo ha alejado de la realidad, al contrario, le ha dado la fuerza para vivir cada día por Cristo y de construir la Iglesia hasta el fin del mundo de aquel tiempo".
"La unión con Dios no aleja del mundo, sino que nos da la fuerza de estar realmente, de hacer cuánto se debe hacer en el mundo. También en nuestra vida de oración podemos tener quizás momentos de particular intensidad, en los que sentimos más viva la presencia del Señor, pero es importante la constancia, la fidelidad de la relación con Dios, sobre todo en las situaciones de aridez, de dificultad, de sufrimiento, de aparente ausencia de Dios".
Solamente, continuó, "si somos aferrados por el amor de Cristo, estaremos en condiciones de enfrentar toda adversidad como Pablo, convencidos que todo podemos en Aquel que nos da fuerza".
"Por lo tanto cuanto más espacio damos a la oración, veremos que nuestra vida se transformará más y será animada por la fuerza concreta del amor de Dios. Así ocurrió por ejemplo, con la bienaventurada MadreTeresa de Calcuta, que en la contemplación de Jesús y justamente también en tiempos de larga aridez encontraba la razón última y la fuerza increíble para reconocerlo en los pobres y en los abandonados, no obstante su frágil figura".
El Papa explicó además que así como con el Apóstol, "el Señor no libera de los males, pero nos ayuda a madurar en los sufrimientos, en las dificultades, en las persecuciones. La fe, por lo tanto, nos dice que, si permanecemos en Dios ‘aunque nuestro hombre exterior se vaya destruyendo, nuestro hombre interior se va renovando día a día, precisamente en las pruebas’".
"El Apóstol comunica a los cristianos de Corinto –y también a nosotros– que ‘nuestra angustia, que es leve y pasajera, nos prepara una gloria eterna, que supera toda medida’. En realidad, humanamente hablando, no era un peso ligero el de las dificultades, era gravísimo. Sin embargo, en comparación con el amor de Dios, con la grandeza de ser amados por Dios, se vuelve ligero, sabiendo que la cantidad de la gloria será inconmensurable".
Así que, continuó el Papa, "en la medida en que crecemos en nuestra unión con el Señor y en que nuestra oración se vuelve intensa, también nosotros vamos a lo esencial y comprendemos que no es el poder de nuestros medios, de nuestras virtudes, nuestras capacidades, el que realiza el Reino de Dios, sino que es Dios el que obra maravillas, justo a través de nuestra propia debilidad, de nuestro no estar a la altura del cargo".
"Por lo tanto, debemos tener la humildad de no confiar simplemente en nosotros mismos, sino de trabajar con la ayuda del Señor en la viña del Señor, encomendándonos a Él como ‘frágiles recipientes de barro’".
El Santo Padre afirmó luego que "solo la fe, el confiar en la acción de Dios, en la bondad de Dios que no nos abandona es la garantía de no trabajar en vano. Así la Gracia del Señor ha sido la fuerza que ha acompañado a San Pablo en las tremendas fatigas para difundir el Evangelio y su corazón ha entrado en el corazón de Cristo, volviéndose capaz de conducir a los otros hacia Aquel que murió y resucitó por nosotros".
"En la oración abrimos por tanto nuestro ánimo al Señor para que Él venga a habitar nuestra debilidad, transformándola en fuerza para el Evangelio. Y es rico de significado también el verbo griego con el que Pablo describe este morar del Resucitado Señor en su frágil humanidad; usa episkenoo, que podremos interpretar con ‘poner la propia tienda’".
El Señor, dijo el Papa, "continúa poniendo su tienda en nosotros, en medio a nosotros: es el Misterio de la Encarnación. El mismo Verbo divino, que ha venido a morar en nuestra humanidad, quiere habitar en nosotros, plantar en nosotros su tienda, para iluminar y trasformar nuestra vida y el mundo".
El Santo Padre resaltó asimismo que "contemplar al Señor es, al mismo tiempo, fascinante y tremendo: fascinante porque Él nos atrae a si y rapta nuestro corazón hacia lo alto, llevándolo a su altura donde experimentamos la paz, la belleza de su amor; tremendo porque desnuda nuestra debilidad humana, nuestra inadecuación, la fatiga de vencer al Maligno que insidia nuestra vida, aquella espina clavada también en nuestra carne".
"En la oración, en la contemplación cotidiana del Señor, recibimos la fuerza del amor de Dios y sentimos que son verdaderas las palabras de San Pablo a los cristianos de Roma cuando ha escrito: ‘porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor’".
El Papa Benedicto XVI afirmó también que "de una manera en la que arriesgamos de confiar solamente en la eficiencia y la potencia de los medios humanos, en este mundo, estamos llamados a redescubrir y a testimoniar la potencia de Dios que se transmite, se comunica en la oración, con la cual crecemos cada día en el conformar nuestra vida a aquella de Cristo".

Congreso Eucarístico en Irlanda El Papa: Que Eucaristía sea el corazón pulsante de la vida de toda la Iglesia


El Papa Benedicto XVI hizo votos esta mañana para que la Eucaristía sea el "corazón pulsante" de la Iglesia en ocasión del 50º Congreso Eucarístico Internacional que se realiza en la ciudad de Dublin, en Irlanda.
Al final de la audiencia general de esta mañana, el Santo Padre saludó a la Iglesia en Irlanda en donde se realiza el mencionado evento con la participación de su legado, el Cardenal Marc Ouellet.
Al respecto el Papa dijo que el importante evento eclesial "es una preciosa ocasión para reafirmar la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia. Jesús, realmente presente en el Sacramento del Altar con el supremo Sacrificio de amor de la Cruz de dona a nosotros, se hace nuestro alimento para asimilarnos a Él, para hacernos entrar en comunión con Él".
Benedicto XVI explicó que "a través de esta comunión estamos unidos también entre nosotros, nos hacemos una sola cosa con Él, miembros los unos de los otros".
El Santo Padre invitó además a "unirse espiritualmente a los cristianos de Irlanda y del mundo, rezando por los trabajos del Congreso, para que la Eucaristía sea siempre el corazón pulsante de la vida de toda la Iglesia".
El 50º Congreso Eucarístico Internacional se realiza del 10 al 17 de junio bajo el lema "La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros". En el mismo participan numerosos obispos, consagrados y laicos de todo el mundo.
En la Misa inaugural presidida por el Cardenal Ouellet, el Purpurado recordó que el mayor tesoro de la Iglesia es la Eucaristía.

lunes, 11 de junio de 2012

Anunciar a Dios también en los aeropuertos, alienta Benedicto XVI


 El Papa Benedicto XVI dijo esta mañana que los aeropuertos de todo el mundo también son lugares en donde debe plasmarse la misión de la Iglesia: llevar a Dios al hombre y guiar al hombre al encuentro con Dios.
Así lo indicó el Santo Padre en su discurso a los participantes del 15º Seminario Internacional de capellanes católicos de la Aviación Civil y de los miembros de las capellanías de los aeropuertos, promovido por el Pontificio Consejo de la Pastoral de los emigrantes e itinerantes, bajo el lema "La nueva evangelización en el mundo de la aviación civil".
El Papa exhortó a los asistentes a considerar siempre que están "llamados a hacer presente en los aeropuertos del mundo la misma misión de la Iglesia, que es llevar a Dios al hombre y guiar al hombre al encuentro con Dios. Y los aeropuertos son lugares que reflejan cada vez más la realidad globalizada de nuestro tiempo".
"En ellos se encuentran personas diferentes por nacionalidad, cultura, religión, nivel social y edad, pero se encuentran también situaciones humanas muy distintas y nada fáciles, que requieren siempre una mayor atención; pienso, por ejemplo, en quienes viven una espera llena de angustia en el intento de transitar sin los documentos necesarios, como los emigrantes o los que solicitan asilo; pienso en los engorros ocasionados por las medidas para contrarrestar los atentados terroristas".
Benedicto XVI indicó que en los aeropuertos también "se refleja la crisis de fe que afecta a muchos; los contenidos de la doctrina cristiana y los valores que ésta enseña, ya no son considerados como puntos de referencia, incluso en los países que tienen una larga tradición de vida eclesial".
"Éste es el contexto humano y espiritual en el que estáis llamados a anunciar con renovado vigor la Buena Nueva, con la palabra, con vuestra presencia, con vuestro ejemplo y vuestro testimonio, bien conscientes de que, aun en los encuentros casuales, la gente sabe reconocer un hombre de Dios y que, con frecuencia, hasta una pequeña semilla en una tierra bien dispuesta puede germinar y producir frutos abundantes".
El Papa alertó asimismo que en los aeropuertos "tanto la continua movilidad como la tecnología constantemente en progreso amenazan con oscurecer la centralidad que debe tener el ser humano; a menudo se da mayor atención a la eficiencia y a la productividad en detrimento del amor al prójimo y de la solidaridad, que, sin embargo, han de caracterizar siempre las relaciones humanas".
"También en esto es importante y preciosa vuestra presencia: es un testimonio vivo de un Dios cercano al hombre; y es una llamada a no quedarse nunca indiferentes ante quien se encuentra, sino a tratarlo con disponibilidad y con amor. Os animo a ser un signo luminoso de esta caridad de Cristo, que da serenidad y paz".
Tras exhortar a los capellanes a que toda persona "encuentre en vosotros un corazón acogedor, capaz de escuchar y comprender", el Papa animó a que "todos puedan experimentar mediante vuestra vida cristiana y sacerdotal el amor que proviene de Dios, para que cada uno sea impulsado a una relación renovada y profunda con Cristo, que nunca deja de hablar a cuantos se abren a él con confianza, especialmente en la oración. De aquí la importancia de las capillas en los aeropuertos, como lugares de silencio y sosiego espiritual".
"En vuestro servicio pastoral, tenéis como modelo y protectora a la Santísima Virgen, que veneráis con el título de Nuestra Señora de Loreto, patrona de todos los que viajan en avión, haciendo referencia a la tradición que atribuye a los ángeles el traslado de la casa de María de Nazareth a Loreto".
Como María, el cristiano debe dar testimonio en primera persona: "esta es la misión de la Iglesia: anunciar a Jesucristo, único salvador del mundo, ‘misión – como decía el Siervo de Dios, el Papa Pablo VI – que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez más urgente’".
El Papa exhortó luego a que "el encuentro cotidiano con el Señor Jesús en la celebración eucarística y en la oración personal os dé el entusiasmo y la fuerza de anunciar la novedad evangélica, que transforma los corazones y hace nuevas todas las cosas".
"Os aseguro mi recuerdo en la oración, para que seáis instrumento eficaz en la ayuda a las personas confiadas a vuestros cuidados pastorales a cruzar la ‘porta fidei’, acompañándolas en el encuentro con Cristo vivo y operante entre nosotros", concluyó.

Benedicto XVI: Católicos deben ser fieles a la Iglesia y al Papa


 El Papa Benedicto XVI explicó esta mañana que los católicos, especialmente los sacerdotes que sirven directamente a la Santa Sede, deben ser siempre fieles a la Iglesia y al Sucesor de Pedro ya que colaboran con él en su misión.

Así lo indicó esta mañana el Santo Padre ante los miembros de la Pontificia Academia Eclesiástica poco antes de concluir el curso de esta institución y antes de que quienes se preparan allí partan a las Representaciones Pontificias esparcidas por el mundo.

Benedicto XVI dijo que "el Papa cuenta con vosotros, para ayudarle en el desarrollo de su ministerio universal. Os invito a no tener temor, preparándoos con diligencia y seriedad a la misión que os espera, confiando en la fidelidad de Aquél que desde siempre os conoce y os ha llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo".

"La fidelidad de Dios es la clave y la fuente de nuestra fidelidad. Hoy quisiera llamar vuestra atención precisamente sobre esta virtud, que expresa muy bien el vínculo especial entre el Papa y sus directos colaboradores, tanto en la Curia Romana como en las Representaciones Pontificias: un vínculo que para muchos tiene su raíz en el carácter sacerdotal del que están investidos, y se especifica después en la peculiar misión confiada a cada uno en el servicio al Sucesor de Pedro".

El Papa explicó luego que "en el contexto bíblico, la fidelidad es sobre todo un atributo divino: Dios se nos da a conocer como Aquél que es fiel para siempre a la alianza que ha establecido con su pueblo, no obstante la infidelidad de éste. En su fidelidad, Dios garantiza el cumplimiento de su plan de amor, y por esto es también digno de fe y veraz. Es esta actitud divina la que crea en el hombre la posibilidad de ser, a su vez, fiel".

"Aplicada al hombre, la virtud de la fidelidad está profundamente unida al don sobrenatural de la fe, llegando a ser expresión de la solidez que caracteriza a quien ha puesto en Dios el fundamento de toda su vida. En la fe encontramos de hecho la única garantía de nuestra estabilidad, y sólo a partir de ella podemos también nosotros ser verdaderamente fieles: en primer lugar con respecto a Dios, después hacia su familia, la Iglesia, que es madre y maestra, y en ella a nuestra vocación, a la historia en la que el Señor nos ha injertado".

Por ello el Papa alentó a "vivir el vínculo personal con el Vicario de Cristo como parte de vuestra espiritualidad. Se trata, ciertamente, de un elemento característico de todo católico, y más aún de todo sacerdote. Sin embargo, para los que trabajan en la Santa Sede adquiere un carácter particular, desde el momento que ellos ponen al servicio del Sucesor de Pedro buena parte de sus propias energías, su tiempo y su ministerio cotidiano".

El Papa resaltó que "se trata de una grave responsabilidad, pero también de un don especial, que con el tiempo va desarrollando un vínculo afectivo con el Papa, de confianza interior, un idem sentire natural, que se expresa justamente con la palabra ‘fidelidad’".

El Santo Padre dijo además que esa fidelidad también debe darse en aquellos lugares adonde son enviados, ya que la labor de los representantes pontificios es "una preciosa ayuda para el ministerio petrino".

De esta forma, continuó, "animaréis y estimularéis también a las Iglesias particulares a crecer en fidelidad al Romano Pontífice, y a encontrar en el principio de comunión con la Iglesia universal una orientación segura para su propia peregrinación en la historia".

"Y, no por último, ayudaréis al Sucesor de Pedro a ser fiel a la misión recibida de Cristo, permitiéndole conocer más de cerca la grey que se le ha confiado y hacerse presente en ella por medio de su palabra, su cercanía y su afecto".

"Pienso – prosiguió– en este momento con gratitud en la ayuda que recibo cotidianamente de muchos colaboradores de la Curia Romana y de las Representaciones Pontificias, como también en el apoyo que me llega de la oración de innumerables hermanos y hermanas de todo el mundo".

Para concluir el Papa Benedicto XVI afirmó que "en la medida en que seáis fieles, seréis también dignos de fe. Sabemos por otra parte que la fidelidad que se vive en la Iglesia y en la Santa Sede no es una lealtad ‘ciega’, porque está iluminada por la fe en Aquél que ha dicho: ‘Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’".

"Comprometámonos todos -exhortó finalmente- en este camino, para que un día escuchemos las palabras de la parábola evangélica dirigidas a nosotros: ‘Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu señor’".

domingo, 10 de junio de 2012

EVANGELIO DE FIN DE SEMANA


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 10 Junio 2012Solemnidad del Santísimo Sacramendo del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Fiesta de la Iglesia : Solemnidad de Corpus Christi
Santo(s) del día : Santo Ángel de Portugal
Evangelio según San Marcos 14,12-16.22-26.
El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?". El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, 
y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'. El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario". Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo". Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: "Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios". Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos. 
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia . Homilía 24 sobre la 1ª carta a los Corintios, 2; PG 61, 199 
«Esta es mi sangre, derramada por vosotros»
Los amantes de este mundo demuestran su generosidad dando dinero, vestidos, regalos diversos; nadie da su sangre. Cristo, la da; demuestra así la ternura que nos tiene y el ardor de su amor. Bajo la antigua Ley... Dios aceptaba recibir la sangre de los sacrificios, pero era para impedir que su pueblo la ofreciera a los ídolos, y ya era prueba de un amor muy grande. Pero Cristo cambió este rito; la víctima no es la misma: es él mismo el que se ofrece en sacrificio."¿El pan que partimos, no es la comunión con el cuerpo del Cristo?" (1Co 10,16)... ¿Qué es este pan? El cuerpo de Cristo. ¿En qué se convierten los que comulgan? En el cuerpo de Cristo: no una multitud de cuerpos sino un cuerpo único. Lo mismo que el pan, compuesto de tantos granos de trigo, es un solo pan donde los granos desaparecen y lo mismo que los granos subsisten allí pero es imposible distinguirlos en la masa tan bien unida, así nosotros todos, unidos con Cristo, no somos más que uno... ¿Ahora, si todos nosotros participamos del mismo pan, y si todos estamos unidos entre nosotros con Cristo, por qué no mostramos el mismo amor? ¿Por qué no nos hacemos uno en esto también?Así era al principio: "la multitud de los creyentes tenían un sólo corazón y una sola alma" (Hch. 4, 32)... Cristo vino a buscarte, tú que estabas lejos de él, para unirse a ti; ¿y tú, no quieres ser uno con tu hermano?... ¡Te separas violentamente de él, después de haber conseguido del Señor una gran prueba de amor - y la vida! En efecto, no sólo dio su cuerpo, sino que como nuestra carne, arrastrada por tierra, había perdido la vida y había muerto por el pecado, introdujo en ella, por así decirlo, otra sustancia, como un fermento: su propia carne, su carne de la misma naturaleza que la nuestra pero exenta de pecado y llena de vida. Y nos la dio a todos, con el fin de que, alimentados en este banquete con esta nueva carne... pudiéramos entrar en la vida inmortal.




domingo, 3 de junio de 2012

EVANGELIO DE FIN DE SEMANA (3/6/12)


EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO, 28,16-20
" Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado.17.Al verlo, se postraron delante de él; sin embargo, algunos todavía dudaron.18.Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.19.Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,20.y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo"».
Para comenzar el pensamiento del Evangelio tomaremos en cuenta el lugar al que hace alusión y es Galilea. Para Jesús y los once el lugar es muy significativo por las siguientes razones y ellas son: en primer lugar es el lugar donde Jesús elije a sus Discípulos, donde realiza más predicas, lugar donde se sanan más enfermos, hay más personas consoladas y que descubren el rostro de Dios por medio de la Palabra, a través de las prédicas de Jesús. Es el lugar donde comienza y termina- finaliza la tarea de Jesús en el mundo. 
Llevándolo a nuestra vida diremos que Galilea es nuestra casa, nuestra familia... También la Palabra dice: " a la montaña dónde Jesús........". Tomemos la palabra montaña y diremos que es lo más alto de la tierra y lo más bajo del cielo, que es un punto de conexión del hombre con Dios, desde allí contemplamos, vemos valles, llanuras, descubrimos la inmensidad de la creación. para nosotros sería el templo, la Iglesia, el altar.
Por otro lado, Dios nos invita a reunirnos con EL en Galilea, nuestra casa, en la familia, en el hogar, nos cita en la Iglesia, que sería nuestra montaña, donde adquirimos la visión divina, la capacidad de encuentro, la reconciliación entre lo humano y lo divino, teniendo la visión y los sentimientos de Jesús. Otro momento importante es cuando los once se postran ante Jesús, esa postración es signo de entregar su voluntad a El, hoy sería, el entregar plenamente nuestra vida, adorarle, reconocer nuestra indignidad, que somos pequeños ante El, es el asumir nuestra bajeza y su grandeza.
No podemos obviar cuando dice: " sin embargo, algunos todavía dudaron". Y hablamos sobre la duda, y diremos que es algo propio del ser humano y significa que quien duda es porque pone en crisis su fe. por consiguiente, en el discernimiento verá la mucha o poca fe que tengamos, para así, distinguir entre lo grueso y lo fino, entre la fe verdadera y las supersticiones, entre la confianza en Dios y la actitud mágica. Ese todavía, en Mateo es como que se queja de que el encuentro con Jesús no provoque, no de seguridad en la fe en los once. pareciera que a ellos no les bastó la resurrección.
Volviendo a la duda, la pregunta que nos cabe es: como podemos sacarnos la duda? la respuesta es, sería: la sacamos por medo del estudio de la palabra y la oración, para lograr así, que nuestra inteligencia se aclare, nos llenemos de la luz de sabiduría y ser fortalecidos en el corazón. SSolo así habrá seguridad en nuestros miedos.
También nos dice " Vayan..................." aseguramos que es una orden, un imperativo, nos pide que seamos aquellos que salen a hacer discípulos de Jesús a todos los pueblos sin ninguna distinción, a predicar el Nombre de Jesús y a hacer discípulos suyos.... 
Lo último y más importante es reconocer la presencia de la Santísima Trinidad al decir: " bautizándolo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es decir, que toda la trinidad habita personalmente en cada bautizado, se inserta en esa perfecta comunidad de amor que forman la tres personas divinas, nos hacemos discípulos.
Vivamos como verdadero creyente nuestro Bautismo, reconozcamos que Dios actúa en trinidad y nosotros debemos hacerlo en comunidad. Por eso diremos para reconocer la trinidad, a un Dios trino. " el Hijo entrega su vida por mandato del Padre y con la fuerza del Espíritu Santo".