martes, 26 de junio de 2012

El Papa visita damnificados por terremoto en Italia: “Mi corazón está con vosotros”


El Papa Benedicto XVI visitó a los miles de damnificados del terremoto que el 29 de mayo afectó la zona italiana de Emilia Romagna les ofreció consuelo y recordó que ante los desastres naturales el hombre debe buscar refugio en Dios.
El helicóptero del Papa aterrizó en el campo deportivo de San Marino de Carpi (Módena) donde fue acogido por el Obispo de la diócesis, Mons. Francesco Cavina y por el Jefe del Departamento de la Protección Civil, Franco Gabrielli.
A bordo de un minibús, se trasladó a la zona de Rovereto di Novi, donde se detuvo unos momentos en la iglesia de Santa Catalina de Alejandría, en cuyo derrumbe falleció el P. Iván Martini. Benedicto XVI, montado en un jeep, saludó a los presentes hasta llegar al lugar del encuentro con la población en la plaza central de Rovereto que contó con la presencia de los arzobispos y obispos de Bolonia, Carpi, Módena, Mantua, Ferrara y Reggio-Emilia.
"La situación que estáis viviendo, ha evidenciado un aspecto que quisiera que estuviera bien presente en vuestro corazón: ¡no estáis ni estaréis solos! En estos días, en medio de tanta destrucción y dolor, vosotros habéis visto y sentido que tanta gente se ha movido para expresaros cercanía, solidaridad, afecto", y "mi presencia entre vosotros quiere ser uno de estos signos de amor y de esperanza", expresó el Papa a los damnificados.
En su discurso, el Santo Padre recordó a los afectados por el sismo que su corazón "está cerca de los vuestros para consolaros, pero, sobre todo para animaros y sosteneros".
Al recordar a las víctimas, el Papa rindió homenaje al P. Iván Martini, el párroco que murió al intentar salvar una imagen de la Virgen. "Rindiendo homenaje a su memoria, dirijo un saludo particular a vosotros, queridos sacerdotes, y a todos los hermanos, que estáis demostrando, como ya ha sucedido en otros momentos difíciles de la historia de esta tierra, vuestro amor generoso hacia el pueblo de Dios", expresó.
Luego, invitó a reflexionar sobre el Salmo 46, que recuerda que "Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre preparada para los peligros. Por eso no temamos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar".
"Estas palabras del Salmo no sólo me conmueven porque utilizan la imagen del terremoto, sino, sobre todo, por lo que afirman sobre nuestra actitud interior ante el trastorno de la naturaleza: una actitud de gran seguridad, afianzada sobre la roca firme e inquebrantable que es Dios", señaló.
Aunque estas palabras "parezcan estar en disonancia con el temor inevitablemente por el sismo, en realidad, el Salmo se refiere a la seguridad de la fe", por lo tanto, "sí, podemos tener temor, angustia –lo experimentó también Jesús–, pero ante todo queda la certeza de que Dios está conmigo como el niño que sabe siempre que puede contar con su madre y con su padre, porque se siente amado, querido, independientemente de lo que suceda".
En este sentido, explicó que así es como son las personas respecto a Dios, pequeñas y frágiles, pero seguras en sus manos. Es decir, "confiados a su amor que es sólido como una roca". "Sobre esta roca, con esta firme esperanza, se puede construir, se puede reconstruir", afirmó.
El Papa alentó a los damnificados a recomenzar una nueva vida sobre la roca de la fe, y llamó a las instituciones y a los ciudadanos "a ser, a pesar de en las dificultades del momento, como el buen samaritano del Evangelio que no pasa indiferente ante quien está necesitado, sino que, con amor, se inclina, socorre, permanece a su lado, haciéndose cargo hasta el final de las necesidades del otro".
Benedicto XVI indicó que desde los primeros días del terremoto "siempre he estado cerca de vosotros con mi oración y preocupación. Y al ver que la prueba se iba haciendo más dura, sentí cada vez más la necesidad de venir personalmente entre vosotros. ¡Doy gracias al Señor que me lo ha concedido!".
"Abrazo con mi pensamiento y mi corazón a todos las poblaciones que han sufrido daños por el terremoto, especialmente a las familias y a las comunidades que lloran por sus seres queridos que han muerto: que el Señor los acoja en su paz", agregó.
Finalmente, el Papa aseguró la intervención y cercanía de Caritas, dirigió un saludo especial al Arzobispo de Bolonia, Cardenal Carlo Caffara, y recordó a los obispos, sacerdotes, representantes de las diversas realidades religiosas y sociales, voluntarios, y las fuerzas de seguridad que "es importante ofrecer un testimonio concreto de solidaridad y de unidad".
"Permaneced fieles a vuestra vocación de gente fraterna y solidaria, y afrontaréis cada cosa con paciencia y determinación, rechazando las tentaciones que, lamentablemente, están relacionadas con estos momentos de debilidad y de necesidad", concluyó.

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