lunes, 15 de marzo de 2010

Monseñor Blázquez cree que la desaparición de ETA "se alimenta con resultados" y la propia "reflexión" de la banda

El recién nombrado obispo de Valladolid y hasta ahora obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez, consideró hoy que la desaparición de la banda asesina ETA se "alimenta con resultados" y la propia "reflexión" de la organización.
Al ser preguntado -en entrevista a la Cope recogida por Europa Press- sobre si tiene ilusión por la paz en Euskadi, el prelado aseveró: "Creo que sí". "Hace mucho tiempo todos hemos venido diciendo que ETA debía desaparecer. Creo que es una convicción que se va apoderando del espíritu y se alimenta también con los resultados; también desde la policía, los tribunales, etc.; también desde la propia reflexión que la misma organización va haciendo, como podemos ver por algunos aledaños (cercanos) de personas que han pertenecido a ella. Ha sido un capítulo muy triste. ETA nunca debió existir y debe desaparecer cuanto antes", añadió a renglón seguido.
El purpurado señaló que su primera reacción al conocer el nombramiento de la Diócesis de Valladolid fue la de "dar gracias al Señor" porque ha podido desarrollar el ministerio que se le había confiado en Bilbao "a veces con dificultades y siempre con una colaboración grande de las personas, pero en medio de incertidumbres, de problemas, de padecimientos y también con muchos gozos".
En este sentido, el ex presidente de la Conferencia Episcopal Española detalló que puede celebrar (sacramentos) en euskera y entender los textos escritos con ayuda del diccionario. "Me puedo defender un poquito", se congratuló.
Monseñor Blázquez afirmó que "uno de los capítulos más dolorosos ha sido el problema de los zarpazos del terrorismo" y las víctimas de la banda asesina, pero apuntó "como esperanza" el "aliento que se siente constantemente de superación de todo ello".
En la otra cara de la moneda, se alegró de "un cierto inicio de recuperación" de las vocaciones para el ministerio sacerdotal" y, con todo, aseveró: "Hay ciertamente gérmenes de esperanza".
El obispo explicó que el funeral de Miguel Ángel Blanco en 1997 significó una "flexión en la sociedad" y un mayor apoyo hacia las víctimas, que lo merecen "por su grandeza moral". En este sentido, ensalzó el que las víctimas nunca se hayan tomado la justicia por su mano.
"ENRAIZARME EN VALLADOLID"
Monseñor Blázquez nació en Ávila, en Villanueva del Campillo, y estuvo 14 años en la Universidad Pontificia de Salamanca y tres en Palencia. "Ahora vuelvo a Valladolid, a Castilla". "Tengo que reconocer y doy gracias al Señor que voy con la esperanza muy entera, una esperanza ilusionada. Comprendo que se necesita un cierto tiempo porque el cambio de Bilbao a Valladolid no es simplemente un traslado, es una especie de trasplante, como un desarraigo doloroso", dijo.
El prelado explicó que compartirá la vida de los "queridos vallisoletanos" para caminar juntos en el seguimiento del Señor y para hacer lo que esté en su mano en defensa de la vida, del matrimonio y de la familia, "realidades fundamentales que están siendo acosadas y están en grave peligro y son fundamentales", así como en la educación. "Quiero colaborar en estas grandes causas", relató.
Blázquez reiteró su amor hacia el pueblo de Bilbao, hacia una vida "con un carácter muy entrañable". "Cuesta dejar todo esto, pero voy con esperanza de enraizarme de nuevo en Valladolid", se propuso.
La Santa Sede hizo público el nombramiento de Blázquez como nuevo arzobispo de Valladolid este sábado. La Archidiócesis de Valladolid se encontraba vacante desde el 21 de junio de 2009, cuando monseñor Braulio Rodríguez tomó posesión como arzobispo de Toledo. Desde entonces, estuvo al frente como administrador diocesano Félix López.



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