martes, 7 de junio de 2011

El papa dice que con la religión y la conciencia relegadas, Occidente no tiene remedio

Benedicto XVI afirmó hoy en Zagreb que si la conciencia, la religión y la moral se relegan al ámbito privado, como pretende "el pensamiento moderno más en boga", la crisis de Occidente "no tiene remedio y Europa seguirá perdiendo terreno".
En su primer día de estancia en la capital croata, el Pontífice defendió las raíces cristianas de Europa y la entrada de Croacia en la UE y pronunció un discurso en el Teatro Nacional ante un millar de personas, entre políticos, académicos, intelectuales, empresarios y líderes religiosos.
"La religión no es una realidad separada de la sociedad, sino un componente suyo connatural, que constantemente pide que se escuche a Dios como condición para la búsqueda del bien común, la justicia y la reconciliación en la verdad", dijo el Papa. La religión -agregó el Pontífice- pone al hombre en relación con Dios "y por tanto debe ser un factor de paz".
Sobre la conciencia, el Obispo de Roma dijo que es fundamental para una sociedad libre y justa tanto en el plano nacional como supranacional y que pensaba en Europa, "donde hay que confirmar y desarrollar las grandes conquistas de la edad moderna, es decir el reconocimiento y la garantía de la libertad de conciencia, de los derechos humanos, de la libertad de la ciencia y por tanto de una sociedad libre".
El papa agregó que hay que mantener abiertas la racionalidad y la libertad "para evitar que dichas conquistas se autodestruyan".
Según Benedicto XVI, la calidad de vida social y civil y la calidad de la democracia dependen en parte de "ese punto crítico" que es la conciencia.
"Si la conciencia, según el pensamiento moderno más en boga, se reduce al ámbito de lo subjetivo, al que se relegan la religión y la moral, la crisis de Occidente no tiene remedio y Europa seguirá perdiendo terreno. En cambio, si la conciencia vuelve a descubrirse como lugar de escucha de la verdad y del bien, entonces hay esperanza de futuro", subrayó el Papa. Abogó además por una sociedad "acogedora y hospitalaria" y al mismo tiempo "que no esté vacía, ni sea falsamente neutra, sino rica de contenidos humanos, con una fuerte dimensión ética".
Cuando se cumple el vigésimo aniversario de la independencia de Croacia de la antigua Yugoslavia y cuando el país se prepara para entrar en 2013 en la Unión Europea, Benedicto XVI llegó hoy a Zagreb en su primera visita, de apenas 48 horas, a este país de los Balcanes de mayoría católica (casi el 90 por ciento).
Ya en el avión que le llevaba desde Roma, Benedicto XVI defendió el ingreso de Croacia en la UE como "algo lógico, justo y necesario", aunque reconoció que se puede entender que sectores de esa sociedad se muestren escépticos debido a que Europa "se ha convertido en un centralismo demasiado fuerte que no tiene suficientemente en cuenta la historia y la riqueza de los pueblos que la conforman".
El Papa exhortó a renovar la unidad europea teniendo en cuenta las diferentes culturas y las raíces cristianas del viejo continente.
Esta es la segunda vez que un papa visita Croacia, tras los viajes realizados por Juan Pablo en 1994, 1998 y 2003, lo que la coloca como el país excomunista más visitado por los pontífices, tras Polonia, la nación del ya beato Karol Wojtyla.
La Santa Sede fue de los primeros Estados que en 1992 reconoció su independencia, días antes que la UE, y ese rápido reconocimiento, junto a la presión que ejerció para que otros países hicieran lo mismo, motivó que Serbia la acusara de haber sido, si no la causante, por lo menos "parte interesada" en la guerra que se desató y que fue el principio del fin de la antigua Yugoslavia.
El presidente croata, Ivo Josipovic, que recibió al Papa en el aeropuerto y con el que después se reunió en privado, agradeció el importante papel del Vaticano en 1991 y dijo que el reconocimiento de la independencia fue un "gesto decisivo para la supervivencia de Croacia y el cese de la agresión".
Esta primera jornada concluyó con una vigilia con miles de jóvenes en la plaza central de Zagreb, la Bano Josip Jelacic, que desde media tarde la abarrotaban, desafiando las tormentas y fuertes lluvias que descargaron.
Benedicto XVI oficiará mañana una misa que se espera multitudinaria en el hipódromo de Zagreb con motivo de la Jornada Nacional de la Familias católicas croatas y na vigilia en la catedral. A últimas horas de la tarde regresará a Roma.
Juan Lara



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