lunes, 26 de abril de 2010

"Las religiones pueden ser puente intercultural y fuente de profunda comprensión humana", afirma una experta

La profesora del Centro de Estudio de las Tradiciones Religiosas de Barcelona (CETR), Teresa Guardans, manifestó que "las religiones pueden ser puente intercultural y fuente de compresión humana".
En una entrevista con Europa Press con motivo de la publicación de su último libro 'La verdad del silencio. Por los caminos del asombro' (Herder), la también filóloga y doctora en Humanidades añadió que el papel de las religiones "dependerá de los que las representan" y, de este modo, añadió que también pueden ser causa de "división y enfrentamiento".
Precisamente, el nuevo texto de Guardans aborda, desde un punto de vista laico, los fundamentos de la experiencia mística. Para ello, recurre a la exploración de la nube del no-saber del Bhagavad Gîta, o de las obras de Maestro Eckhart, Rûmî, Al-Yîlî, Lanfranchi, Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Nisargadatta Maharaj o Yoka Daishi. Según afirmó la propia autora, "recoge testimonios de primera mano de ese peculiar modo humano de conocimiento, que nace de lo más hondo de uno mismo, desde el silencio del yo y de todas sus construcciones".
En este sentido, Guardans reivindicó que las culturas precedentes "han sido religiosas y, por tanto, la contemplación silenciosa, como el arte, como la ética o como todo, se vehiculó en formas religiosas". "Y esas formas tenemos que poder interpretarlas, de lo contrario echaríamos a perder un riquísimo legado", añadió.
Con todo, defendió que los adjetivos laico y místico "no chocan". "Para quien encuentra en la mística una vía de ahondar en la realidad desde el silencio de sí mismo, y sabe que laicidad significa libertad respecto a cualquier tipo de dogma o prejucio (religioso, científico o paranormal...), entonces puede darse una honda sintonía entre adjetivos", agregó.
Además, defendió que es posible una mística religiosa, algo que calificó de "lógico". "La experiencia de lo inefable, esa posibilidad de trascender a un mundo hecho y percibido a la medida del yo y de sus palabras y conceptos no tiene por qué quedar limitada a una visión religiosa de la existencia", recalcó.
Por otra parte, Guardans sostuvo que el silencio "abra las puertas al conocer asombrado, es decir, a valorar profundamente la realidad". "Es el silencio de los propios prejuicios, miedos y espectativas, es el silencio del yo", añadió, al tiempo que dijo que requiere "un esferzo".

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