miércoles, 23 de diciembre de 2009

El Niño de los Ángeles regresa restaurado a Sangonera la Verde (Murcia) y volverá a recibir culto después de 70 años


La escultura del Santo Niño de Los Ángeles regresó ayer a la parroquia de Sangonera la Verde, donde volverá a lucir restaurado y "en todo su esplendor" después de más de 70 años de ser mutilado durante la Guerra Civil, según informaron fuentes del Ayuntamiento de Murcia en un comunicado.

El párroco de la pedanía, José Alberto Cánovas, recibió hoy la escultura de manos del director general de Bellas Artes, Enrique Ujaldón, una vez concluido el proceso de restauración de esta obra atribuida al escultor Francisco Sánchez Tapia (1830-1902).
El impulso a la restauración ha corrido a cargo del Programa Municipal 'Murcia que se fue', dirigido a la puesta en valor del patrimonio histórico de Murcia y que, después de la recuperación de diversas y destacadas obras de arte en la ciudad, amplía así sus proyectos a las pedanías del municipio.
Al acto de presentación asistieron el director general de Bellas Artes, Enrique Ujaldón; la concejala de Cultura, Fátima Barnuevo; el alcalde pedáneo de Sangonera la Verde, Juan Jiménez; y el presidente de la Cofradía del Niño, Antonio Botías.
El Santo Niño de los Ángeles, que es la más valiosa pieza que existe en la pedanía, perteneció al antiguo grupo escultórico Nuestra Señora Reina de los Ángeles, y fue destruido durante la Guerra Civil, cuando sólo pudo salvarle el Niño.
Durante los últimos años, debido a su valor, la pieza sólo ha sido expuesta a los fieles durante la Navidad, mientras que el resto del año permanecía custodiada en una caja fuerte. La restauración del Niño ha impulsado la creación de una nueva cofradía en Sangonera la Verde que, a partir de ahora, recuperará la antigua costumbre de acercar la talla a los hogares de la pedanía por Navidad, precisó el Consistorio.
El proceso de rehabilitación corrió a cargo del Centro de Restauración de la Comunidad Autónoma, bajo la dirección de Francisco López Soldevila, y el informe de la restauración destacó que la pieza fue realizada en el último tercio del siglo XIX y representa al Niño desnudo cubierto con un paño de pureza color celeste.
Los restauradores destacaron las bellas policromías a pincel en rostro y cabellos, así como las carnaciones y frescores en el cuerpo que "sin duda, se adscribe a los parámetros marcados por Francisco Sánchez Tapia, habida cuenta del vínculo existente entre el repertorio escultórico del mencionado artista y algunas tallas de la localidad de Sangonera La Verde".
Todo ello "sin olvidar aquellos recursos técnicos tan propios de este imaginero del Ochocientos seguidor del escultor Francisco Salzillo, tales como la morbidez y delicadeza de tallado y carnaciones, respectivamente sin olvidar la estela del maestro siempre viva en él".

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