jueves, 22 de julio de 2010

El último adiós en el Arzobispado, en el funeral del sacerdote

Una multitud despidió a monseñor Casado
Hoy a las 11 será la misa de cuerpo presente en la Catedral. Será sepultado a los pies de la imagen de la Virgen del Milagro.
El Gobierno de la Provincia decretó duelo en todo el territorio salteño, hasta hoy, por la muerte del sacerdote salteño.
La muerte de monseñor Arcenio Raúl Casado provocó un profundo pesar en la feligresía y el clero salteño. Su vocación de servicio era bien reconocida en Salta y esa fortaleza recordaron las personas que ayer asistieron a su velorio, en el Arzobispado de Salta.
Algunos dijeron que era un sacerdote con los ojos en el cielo y los pies en la tierra; otros recordaron que su lema episcopal “Me debo a todos” lo guío durante su vida sacerdotal y lo calificaron como un hombre auténtico, muy sincero en sus opiniones, que amó demasiado a Salta y su Arquidiócesis.
Moseñor Casado falleció la noche del martes por un paro cardiorespiratorio, luego de una extensa enfermedad, mientras era cuidado por sus enfermeros personales. Fue una semana antes de cumplir 81 años. Hoy a las 11 se celebrará una misa de cuerpo presente en la Catedral Basílica, tras lo cual será sepultado a los pies de la Virgen del Milagro.
Era un gran devoto de la Virgen. “Monseñor Casado era muy reconocido, querido y apreciado en Salta y Jujuy. Tenía un lema importante, perteneciente a las cartas de San Pablo y realizaba acciones comunitarias muy amplias, sobre todo se dedicaba al interior. Era un fiel devoto de la Virgen del Milagro, a tal punto que escribió un libro sobre ella, por ese motivo lo enterrarán a sus pies. Será recordado como un hombre de bien”, contó Carlos Rubio, sobrino del religioso.
Roberto Toledo, sacerdote que compartió el Ministerio de Casado como obispo dijo: “Permanecerá por siempre en nuestros corazones y será recordado como un hombre de la Iglesia y del mundo. Con la mirada puesta en el cielo, pero con los pies en la tierra ”.
“Los sacerdotes estuvimos muy ligados a él. Era un hombre muy organizado y ordenado, un verdadero testimonio de solidaridad y trabajo dentro de la iglesia, pero también hacia su exterior”, añadió Toledo.
Entre las acciones y obras que realizó monseñor Casado se destaca el trabajo con monseñor Pérez en la diócesis. También el trabajo que inició en la Casa de Retiro, la ampliación del Bachillerato Humanista y el Congreso Eucarístico de 1974.
Sus familiares y seres queridos destacaron el testimonio de vida que brindó a través de su enfermedad: “Fue ejemplar. Tenía una gran fortaleza espiritual para enfrentar la vida. Nunca bajó los brazos. Es un testimonio de vida para todos”.
Trayectoria en la educación
“Históricamente han sido muy pocos los salteños que fueron obispos como monseñor Casado, quien tuvo una amplia trayectoria dentro de la arquidiócesis en los ámbitos de la educación y la cultura a través de su enseñanza clara, incisiva y muy vinculada al Milagro de Salta. Hoy celebramos su paso a la eternidad. Ha sido una persona con mucha presencia y raigambre en el laicado salteño”, dijeron desde la Iglesia.
Casado nació en Salta el 27 de julio de 1929. Fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1952, elegido obispo titular de Tacape y auxiliar de Salta el 14 de mayo de 1975 por Pablo VI, ordenado obispo el 16 de agosto de 1975.
El julio de 1983 fue trasladado como obispo diocesano de Jujuy y promovido a arzobispo de Tucumán en junio de 1994, tomando posesión de la sede, ese mismo año.

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