miércoles, 14 de julio de 2010

ENTREVISTA a Nicolás Alessio, párroco de la iglesia San Cayetano de Córdoba

“Los homosexuales son normales, no se les puede prohibir que eduquen a sus hijos”
Su apoyo al matrimonio homosexual desató la polémica en Córdoba y gran parte del país. El Arzobispado de esa ciudad le prohibió dar misa, pero él asegura que no acatará esa decisión. “Es totalmente injusta, irracional y antievangélica”, se defendió. En diálogo con El Tribuno, se mostró ayer en contra del celibato y criticó con dureza al cardenal Jorge Bergoglio.
Usted es uno de los pocos curas que se manifestó abiertamente a favor del matrimonio gay, ¿cuáles son sus argumentos?
Que la homosexualidad es tan natural como la heterosexualidad. No son ni personas enfermas ni desviadas ni mucho menos viciosas. Si son personas tan normales como todos nosotros no tienen por qué ser discriminadas a la hora de establecer vínculos y derechos.
Cuando usted se sumó a la Iglesia ya conocía su oposición a este tipo de temas...
En éste y en muchos otros puntos pensamos totalmente diferente de las jerarquías. La Iglesia no es un Ejército en el que hay obediencia debida o pensamiento único, es una comunidad fraterna en la que tiene que reinar la libertad del espíritu de los hijos de Dios.
¿Por qué piensa que se generó tanto revuelo con sus declaraciones?
Porque hay un sector de la jerarquía que no entiende que esta comunidad fraterna tiene que vivir en la libertad, sino que entiende que hay que disciplinar y castigar a los que piensan distinto. Es una jerarquía que todavía está atada al modelo de una Iglesia medieval. No entienden que la Iglesia ha ido cambiando y tiene que cambiar en otra dirección. Como no terminan de entenderlo, apelan a estas medidas que son francamente irracionales y autoritarias.
El Arzobispado de Córdoba lo sancionó con la prohibición de que usted partícipe de misas y casamientos. ¿Acatará esa decisión?
No, no. Considero que es una orden antievangélica que no se corresponde con lo que Jesús haría ni querría. Entonces no puedo acatar algo que es totalmente injusto, irracional y antievangélico. Digo esto más allá de que esté cubierto por figuras legales canónicas.
¿Tuvo la oportunidad de charlar con sacerdotes u obispos que piensen igual que usted?
Con sacerdotes que piensen como yo puede hablar con muchos, con obispos no.
¿Por qué piensa que esas declaraciones casi no se conocen?
En Córdoba hicimos una declaración todos los sacerdotes del grupo Enrique Angelleri, esto es lo que generó el debate. En Buenos Aires los curas de la diócesis de Quilmes también han hecho una declaración interesante a favor de lo que nosotros habíamos dicho y, en general, los curas del movimiento nacional Opción por los Pobres también han estado a favor de nuestra posición.
¿Coincide con los que afirman que la principal oposición al proyecto de matrimonio entre personas del mismo sexo viene de la Iglesia?
Sí, sí. Realmente la verdadera oposición ha venido de sectores religiosos, ya sean católicos o evangélicos, pero todos cortados por la tijera del fundamentalismo. Hay una interpretación bíblica literal, fundamentalista, sin mediar interpretación hermenéutica sino simplemente tomar las cosas al pie de la letra. Tanto los fundamentalismos evangélicos como los católicos han coincidido en eso.
La cúpula de la Iglesia está convencida de que si se aprueba el proyecto que viene de Diputados se perderá el concepto de familia...
Me parece que es una declaración que pretende asustar, como lo dijeron cuando se aprobó la ley del divorcio civil. Afirmaron que eso atentaba contra la familia, que iba a ser una catástrofe social y que iba a ser un desastre la vida de las personas. No pasó nada de esto ni va a pasar, porque lo que importa en una familia no es tanto la cuestión biológica de un varón y una mujer sino que quien tenga a cargo a sus hijos realmente los ame, los quiera y los proteja. Sea a veces un papá monoparental, sea una mamá como jefa de hogar, sean dos papás, sean dos mamás, sea la abuela o sea el tío. El problema no está en quién se hace cargo de los niños sino en que quien lo haga lo ejecute con amor.
O sea que usted apoya también la adopción entre personas del mismo sexo...
Sí, sí, sí. Partiendo de la base que son personas normales no habría ningún argumento para prohibirles que puedan educar a sus hijos.
¿Está de acuerdo con el celibato?
No, en absoluto. Es otra de las tantas leyes que se conservan de manera anacrónica.
¿Usted practica el celibato?
El celibato es una disciplina que hay que practicar. Pero estamos totalmente en contra porque atenta contra los derechos de las personas.
¿Por qué difiere tanto su visión con la de la Iglesia tradicional?
Porque después de Juan Pablo II, con Benedicto XVI, los que esperábamos que la Iglesia pudiera abrirse un poco más y pensar de otra manera nos vimos totalmente frustrados y Benedicto XVI lo que ha hecho es cerrar más esos espacios de libertad. Nos encontramos en un verdadero retroceso desde el punto de vista institucional.
¿Cómo evalúa el papel de Jorge Bergoglio en todo este debate?
Sus últimas declaraciones fueron lamentables, tristísimas y peligrosas porque fomentan el fanatismo religioso, que es el peor de los fanatismos. Acusar a quienes pensamos distinto de ser un instrumento del padre de la mentira, o sea del demonio, es un argumento medieval y que fomenta el fanatismo religioso.

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