miércoles, 18 de agosto de 2010

La restauración del retablo de Dueñas descubre la riqueza de su policromía

La restauración del retablo mayor de la Iglesia de Santa María de Dueñas ha dejado al descubierto "un muestrario fantástico" de lo que era la vestimenta de los ricos en los primeros años del siglo XVI y la riqueza de su policromía original.
Así lo ha afirmado Gloria Solé, coordinadora del equipo de profesionales que a lo largo de los últimos diez meses han intervenido en los trabajos de restauración, en los que la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León ha invertido más de 467.000 euros, de los que la parroquia y el obispado de Palencia han puesto el 25 por ciento.
El vicepresidente de la Fundación, Gonzalo Jiménez, y el director de la institución, Ramón Álvarez, han hecho entrega del conjunto restaurado, uno de los más significativos e importantes en su género en España, al pueblo de Dueñas.
El resultado de la intervención ha sido "espectacular", según Jiménez quien ha recordado además de abrir una cámara de ventilación para resolver el problema de humedades que afectaba al conjunto, se han dado tratamientos contra los insectos xilófagos y se ha recuperado la policromía original.
Además, se ha remodelado el banco original que sostiene el retablo y que la Fundación ha querido integrar con el conjunto del presbiterio, a través de una estructura que además facilita el acceso a la cripta.
Pero lo más sorprendente ha sido la riqueza de la policromía descubierta que permite contemplar ahora todo un repertorio de preciosos detalles, con brocados, aplicaciones metálicas, adornos en forma de joyas o piedras semi preciosas que otorgan al conjunto una riqueza notable y que hasta ahora permanecían ocultos por los sucesivos repintes.
Precisamente estos repintes han dificultado los trabajos de recuperación ya que la historia del retablo ha estado jalonada por numerosos desastres y en cada época aparecía alguien que lo retocaba un poco, ha explicado la restauradora.
Si bien, aunque el trabajo ha sido "muy laborioso" los resultados han sido "sorprendentes", hasta el punto de que, según Solé, este retablo "es un muestrario fantástico de lo que era la vestimenta de la época, la vestimenta de los ricos, claro".
Según la restauradora las telas debían imitar en origen a los adamascados, con incrustaciones de perlas y piedras preciosas, de las que ahora solo se ven restos pero que en su momento, debieron dar al conjunto una imagen "espectacular".
Además durante la restauración se han programado visitas y exposiciones para que la gente pudiera compartir los trabajos y apreciar las piezas que se desmontaban del retablo, ha recordado Jiménez.
Una forma de "divulgar la riqueza de nuestro patrimonio", que en esta ocasión ha estado avalada por la visita de más de seis mil personas en diez meses.
"Esto indica el impacto y la importancia que ha tenido esta restauración y la intervención en una obra tan significativa y tan importante", ha agregado Jiménez.

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