jueves, 26 de agosto de 2010

Munilla destaca la aportación de Madre Teresa en pro de sanar heridas que ponen en peligro la unidad de la Iglesia

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha recordado a la Madre Teresa de Calcuta, Gonxha Agnes, cuando se cumplen cien años de su nacimiento en Skopje, como "icono de unidad" y "apisonadora de congruencia moral" y ha ensalzado su "gran aportación en pro de la sanación de tantas heridas y malformaciones que ponen en peligro la unidad de la Iglesia, al tiempo que ha destacado que el bien moral es "uno", y "no puede reducirse o fraccionarse".
En un comunicado, Munilla ha ensalzado el "legado" de la Madre Teresa hacia los más pobres y ha recordado que la obra por ella fundada, las Misioneras de la Caridad, continúa "su carisma", de modo que, actualmente cuentan con 4.800 religiosas y 757 casas en 145 países.
"Jamás en toda la historia de la Iglesia se había producido una extensión tan rápida de una orden religiosa", ha subrayado. El obispo ha afirmado que en los años posteriores al Concilio Vaticano II "se confrontaron en el seno de la Iglesia dos concepciones que parecían irreconciliables", al cuestionarse si "la Iglesia Católica debía de apostar por la defensa de la ortodoxia, conservando la fe y las costumbres transmitidas por la Tradición", o, por el contrario, "debía centrarse en la opción por los pobres y los marginados".
Munilla ha apuntado que "quienes han accedido a leer directamente los textos del Concilio, saben de sobra que no existe tal dicotomía en el ideal de la Iglesia Católica". "La 'ortodoxia' (la doctrina recta) y la 'ortopraxis' (la praxis recta), lejos de excluirse, se implican y se necesitan mutuamente", ha añadido.
No obstante, ha reconocido que en aquel momento "existían dos 'imágenes' de Iglesia muy contrastadas, y hasta contrapuestas", y ha lamentado que "por desgracia, no parece que el problema esté definitivamente superado".
"Además de aquella doctrina conciliar íntegra y equilibrada, la Iglesia Católica necesitaba también, como agua de mayo, un 'icono' que aunase y conjugase el ideal de la 'ortodoxia' y el de la 'ortopraxis'", ha considerado.
A su juicio, "la confesión de la fe católica y su 'traducción' a la práctica de las obras de justicia y caridad, son las dos caras de una misma moneda" y "sólo así la doctrina católica muestra toda la belleza de su verdad, cuando la fe se traduce en obras, y cuando éstas tienen en la fe su inspiración y su fuerza".
En ese contexto, ha opinado que las "discusiones y luchas intestinas vividas en los años postconciliares resultan absolutamente absurdas y superfluas, al comprobar que cuando se alcanza el ideal de la santidad, entonces, y sólo entonces, la verdad y la caridad se conjugan a la perfección".
"Ese gran servicio que Madre Teresa nos ha prestado 'ad intra', se concreta también en la búsqueda del bien moral 'íntegro' del ser humano", ha apuntado.
Al respecto, Munilla ha señalado que "es frecuente que caigamos en una especie de 'acotaciones' o 'reducciones' del mensaje moral cristiano" y nos preguntemos "a qué debemos dar prioridad", si por un lado "a la reivindicación de la condonación de la deuda externa de los países pobres, a la campaña del 0'7 por ciento, a la lucha contra el hambre", o, por el contrario, "a la defensa de la familia, del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural y del derecho de los padres a la educación de sus hijos".
El obispo ha indicado que para la Madre Teresa "jamás existieron esas dicotomías" puesto que "el bien moral es uno, y no puede reducirse o fraccionarse". "La Madre Teresa fue siempre una apisonadora de congruencia moral y para ella no hubo jamás fronteras divisorias entre los distintos campos de la ética", ha insistido.
Como otra "gran aportación 'ad intra' de Madre Teresa", Munilla ha apuntado a la integración de la mística cristiana y de la obra social de la Iglesia". Finalmente, ha considerado que "no son sólo los pobres del mundo quienes agradecen a Madre Teresa su legado, sino que todos en el seno de la Iglesia Católica habremos de estarle eternamente agradecidos por su gran aportación en pro de la sanación de tantas heridas y malformaciones que ponen en peligro la unidad de la Iglesia y de la integridad de su mensaje".

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