martes, 26 de octubre de 2010

El Papa señala que el bien común universal debe estar por encima de "cualquier egoísmo nacionalista"

Benedicto XVI ha manifestado que "el bien común universal abarca toda la familia de los pueblos, por encima de cualquier egoísmo nacionalista", en el mensaje por la 97 Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado publicado bajo el lema 'una sola familia humana'.
Además, ha destacado que el fenómeno de la globalización no es sólo un "proceso socioeconómico", sino que conlleva "una humanidad más interrelacionada, que supera fronteras geograficas y culturales". Según ha explicado Benedicto XVI, los emigrantes y las poblaciones de acogida "forman parte de una sola familia" y, por ello, todos tienen el mismo derecho a disfrutar de "los bienes de la tierra, cuyo destino es universal".
Sin embargo, ha destacado que los estados tienen el derecho de regular "los flujos migratorios y defender sus fronteras", aunque ha pedido a los países de acogida que respeten "la dignidad de toda persona", en especial de los emigrantes. El Papa ha declarado que los inmigrantes tienen el derecho de emigrar en la búsqueda de una situación mejor pero que, a su vez, tienen el deber de "integrarse en el país de acogida, respetando sus leyes y la identidad nacional".
Según la Santa Sede, más de 900 millones de personas en el mundo han requerido asilo a otros países en el último año. Además, las personas que han tenido que abandonar sus casas por cualquier tipo de violación de los derechos humanos llega a 27 millones de personas en todo el mundo, de los cuales 11 millones se producen en África; seguidos de Asia, con más de 4 millones de personas desplazadas.
Por otro lado, el Pontífice ha pedido a la comunidad internacional que considere especialmente la situación de los refugiados y los "emigrantes forzados", ya que "acoger a los refugiados y darles hospitalidad es un gesto obligado de solidaridad humana". Según la Santa Sede, los refugiados en el mundo son más de 10 millones de personas en el mundo, la gran mayoría provenientes de Asia y África. En el mensaje, el Papa ha exigido a los gobiernos que ayuden a los refugiados "a encontrar un lugar donde puedan trabajar y asumir los derechos y deberes existentes en el país que les acoge" y así contribuir al bien común.
Además, el Papa ha manifestado su interés por los estudiantes extranjeros e internacionales "que son también una realidad del fenómeno migratorio" y constituyen "puentes culturales y económicos". Según ha destacado Benedicto XVI, de las instituciones educativas dependen en gran medida la capacidad de los estudiantes de "mirar a la humanidad como a una familia llamada a estar unida en la diversidad".

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