lunes, 8 de noviembre de 2010

BARCELONA: El Papa arremetió contra el aborto y el matrimonio gay

Simpatizantes del movimiento homosexual protagonizaron un beso colectivo de protesta al paso del “papamóvil”.
El papa Benedicto XVI arremetió ayer en España contra el aborto y defendió a la familia “tradicional”, oponiéndose a dos leyes estrella del gobierno socialista español de José Luis Rodríguez Zapatero, durante la consagración del templo de la Sagrada Familia.
“La Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”, recordó Benedicto XVI durante la misa celebrada en la ya basílica de la Sagrada Familia de Barcelona (noreste), en el segundo y último día de su viaje a España.
Además, defendió a la familia como unión de un hombre y una mujer, en un país en el que el matrimonio entre personas del mismo sexo se aprobó hace cinco años y después de que unos 200 simpatizantes del movimiento homosexual protagonizaran un beso colectivo de protesta en la calle al paso del auto del Papa.
“El amor indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural” recordó.
El jefe de la iglesia Católica llamó a los Estados a dar “atención, protección y ayuda” a la familia tradicional y la vida humana. A los gobiernos les pidió ‘adecuadas medidas económicas y sociales” para que “el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado”.
También pidió ayudas estatales “para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción” y que “la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente”.
Además reclamó medidas de esa índole “para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización”.
El Vaticano se opone totalmente al aborto y a cualquier forma de eutanasia. “Solo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad”, estimó.
El Papa pronuncia estas palabras cuatro meses después de que entrara en vigencia, en julio, la nueva legislación española sobre el aborto, que el Vaticano calificó de “insensata”.
La nueva ley, que amplía la anterior, permite el aborto libre dentro de un plazo de 14 semanas y autoriza el aborto de manera excepcional hasta las 22 semanas de embarazo en caso de “riesgo para la vida y la salud” de la madre o en caso de “graves mal formaciones del feto”. Ambas leyes generaron la oposición del Vaticano, de la Iglesia española y del conservador Partido Popular.
Encuentro
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, expuso al Papa que, en su “fluida” relación con el Vaticano, España actúa como un Estado aconfesional que reconoce el peso de la Iglesia católica, pero garantiza la libertad de todos. Zapatero mantuvo un “breve, pero cordial” encuentro con el Pontífice. La reunión se produjo después de que Benedicto XVI dijera que España necesita una reevangelización y denunciara “el vivaz enfrentamiento entre fe y modernidad” en el país, que dijo que le recordaba al “anticlericalismo de la década de los 30.

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