El Papa Benedicto XVI ha resaltado el papel de las familias como "primera educadora de las personas" que "plasma el rostro del pueblo", al tiempo que ha apostado por crear una alianza entre todos los responsables del proceso educativo.
Así, se ha expresado el Pontífice en un texto enviado con motivo de la 62° Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), que se celebra esta semana en la localidad italiana de Asís.
"El hombre contemporáneo ha invertido muchas energías en el desarrollo de la ciencia y la técnica, alcanzando en ambos campos metas indudablemente significativas y apreciables", ha reconocido el Santo Padre, quien ha comparado el momento actual con el que vivió San Francisco, también "marcado por profundas transformaciones culturales".
No obstante, ha matizado que "tal progreso se ha producido a menudo en perjuicio de los fundamentos del cristianismo". "La esfera moral se ha confinado al ámbito subjetivo, y Dios, cuando no es negado, es excluido de la conciencia pública", ha explicado.
A su juicio, "para invertir este proceso es necesaria una relación personal de fidelidad entre los protagonistas del proceso" y ha destacado que dicha alianza "debe partir de una nueva proximidad a la familia, que reconozca y apoye su primacía educativa".
En este sentido, ha recordado "a todos los que se preocupan por la ciudad de los hombres y el bien de las generaciones futuras, su responsabilidad educativa".
En referencia al tema principal que están examinando en la asamblea, la traducción al italiano de la tercera edición típica del Misal Romano, Benedicto XVI ha señalado que "todo verdadero reformador es un obediente de la fe, no se mueve de manera arbitraria, ni se permite ninguna discrecionalidad sobre el rito; no es el dueño, sino el guardián del tesoro instituido por el Señor".
Por último, el Papa ha instado a los obispos a "valorar la liturgia como fuente perenne de educación a la vida buena del Evangelio".
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