El Papa Benedicto XVI pidió ayer a la comunidad internacional que intensifique su "empeño" en favor de las "necesidades humanitarias y económicas de Sri Lanka", seis meses después del final del conflicto que se libró en este país.
Asimismo, pidió seguir trabajando para lograr una "pacificación rápida" de esta zona y el "pleno respeto de los Derechos Humanos", así como la asunción de una "solución política justa" a la incierta situación que atraviesa este país.
Aun con todo, el Romano Pontífice expresó su "satisfacción" ante los "esfuerzos" que están realizando las autoridades para facilitar el regreso a casa de los prófugos de guerra.
En las últimas décadas, Sri Lanka se ha visto marcada por los enfrentamientos entre el Gobierno nacional y el movimiento insurgente Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE).
Benedicto XVI hizo estas declaraciones al final de la audiencia general que, como cada miércoles, se celebró esta mañana en el Vaticano ante la presencia de miles de fieles procedentes de todo el mundo.
Durante su discurso, que estuvo dedicado a la Orden de Cluny, el Papa volvió a referirse a la necesidad de redescubrir, apreciar y defender "el rico patrimonio cultural y religioso" de Europa.
El llamamiento explícito del Papa a defender las tradiciones de Europa llega una semana después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos considerara la presencia del crucifijo en las escuelas públicas una violación del derecho a la libertad religiosa de los alumnos.
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